29 de octubre de 2005

La caída del comunismo

Dedicado a todas las victimas del comunismo, cerca de 15.000.000 millones de personas que murieron bajo una de las dictaduras más sangrientas y nefastas de la historia. Dedicado a todos los que aún tienen que soportar dictaduras comunistas en la actualidad: Cuba, China, Corea del Norte… sólo los que han perdido su libertad saben valorarla. Dedicado también a todos los defensores del pensamiento único, intelectuales de izquierdas, anarquistas, anarco-sindicalistas, pro Castro, pro China, pro Chávez y un largo etcétera de cómplices de esta máquina de matar.

Hace no pocos días asistí estupefacto como el pensamiento único enarbolaba una de sus mejores banderas en contra del mercado y el capitalismo, ¿algún día se darán cuenta de que no son lo mismo?, atacando la sociedad de consumo y afirmando tajantemente que fue ésta la culpable del derrocamiento del comunismo; desconozco, tengo que reconocerlo, si la intención de tal proclama era reflexionar sobre lo triste que ha sido que el comunismo cayese por el fenómeno del consumo y no por otras causas o, por lo contrario, lo que realmente pretendía era honrar al caído sistema comunista debido a las malas tretas de su enemigo, el sistema capitalista y sus armas más “maquiavélicas”. Tratándose del pensamiento único de esa izquierda tan social, humanista y progresista nunca se sabe.

Independientemente de la intención de dicha afirmación, por lo más hecha en un lugar donde las afirmaciones tajantes deben medirse con sumo cuidado y no caer en el dogmatismo más burdo, la situación me permitió la posibilidad de reflexionar sobre las posibles causas de la caída del comunismo principios de los años noventa. Hecho que, por otro lado, sorprendió a muchos intelectuales de esa izquierda iluminada que miraba hacia la URSS y sus países satélites como paraísos en la tierra, y eso que ya F. Hölderlin advertía, a manera de profecía, que: “Lo que ha hecho siempre del Estado un infierno sobre la tierra es precisamente que el hombre ha intentado hacer de él su paraíso.”

El análisis sociológico no puede quedarse en la mera superficialidad de los hechos, debe traspasar las fronteras del saber vulgar y abrazar de lleno el saber científico, algo que no puede hacerse con afirmaciones vagas y soltadas al aire como verdades axiomáticas. La caída del comunismo, como cualquier fenómeno social es multivariable y por tanto, la afirmación de su caída por influencias de la sociedad de consumo roza lo grotesco.

Lo que expongo como causas del derrocamiento del sistema comunista implican una visión del problema mucho más abierta que la anterior visión; en este artículo tanto sociología, economía como ciencia política se dan la mano en el intento de una explicación más fiable.

Económicamente hablando podemos pensar que las causas fueron las siguientes:

  1. imposibilidad del cálculo económico: El presupuesto teórico básico del socialismo marxista o comunismo es erróneo. Consiste en suponer en el mercado tiene tal nivel de irracionalidad que hace ser socialmente ineficiente. Al abolir el mercado, la autoridad comunista abolía de un golpe el único mecanismo objetivo de cálculo económico racional. No existe vía posible de fijación de precios que no sea el mercado. Ya desde los años 70 la economía soviética rayaba el desastre. Los precios eran impuestos por burócratas sin conocimientos básicos de economía.
  2. baja productividad: Consecuencia de lo anterior. Toda actividad económica soviética era burocrática en el sentido de la inexistencia de incentivos reales a la productividad. Se produce por planificación, por decisión de las elites políticas y sus caprichos.
  3. incapacidad de adaptación: Fueron economías muy inflexibles, muy rígidas, no aptas para dar respuestas a tiempo a circunstancias cambiantes. Fenómeno típico de economías donde no existe la competitividad, que frena la innovación y el desarrollo de nuevas ideas y formas de producción.
  4. la falta de competitividad internacional: Su aislamiento en una economía mundial cada vez más interdependiente le condujo a la ruina. No alcanzaron las nuevas tecnologías, se quedaron rezagados en el desarrollo de investigación y desarrollo científico, nuevas tendencias de producción, gestión empresarial, etc.. Literalmente se olvidaron de David Ricardo y las ventajas que reporta el comercio internacional.
  5. la abolición de la anarquía del mercado: El comunismo no abolió la anarquía productiva, sino el mercado. Y con ello, al contrario, se incrementó dicha anarquía.

Desde la perspectiva sociológica y política encontramos los siguientes motivos:

  1. la revolución de las expectativas decrecientes: Conciencia que las gentes tienen de sí mismos y su efecto social. Claro pesimismo, esto le dio el golpe de gracia. Uno tenía su papel marcado desde la cuna, donde la tarea que iba a desarrollar no era elegida voluntariamente, sino impuesta por el Partido. Era tal la falta de incentivos que el Estado obligaba a trabajar en los campos de cultivo y las fábricas, pues los individuos no encontraban motivos que los llevasen a realizar las tareas asignadas por el Partido. Como bien dice H. W. Arnold: “La peor derrota de una persona es cuando pierde su entusiasmo.”
  2. abolición de la explotación del hombre por el hombre: Al abolir el mercado, podía pensarse en abolir asimismo el carácter mercantil de las relaciones humanas. La oferta comunista no consiste en prometer la abolición de la plusvalía, sino en prometer que se abolirá el carácter privado de la apropiación.
  3. superación de las contradicciones sociales fundamentales: Contradicción entre el campo y la ciudad y entre el trabajo manual y el intelectual.
  4. extinción del estado y del derecho: Desde el momento en que Estado y Derecho eran dos superestructuras política y jurídica de clase, en el momento en que dejará de haber clases, no serían necesarias tales superestructuras, que serían sustituidas por formas libres de asociación voluntaria de los seres humanos. La justicia de la clase obrera acaba siendo siempre la justicia de partido y es evidente que justicia y partido son términos antitéticos.
  5. abolición del nacionalismo a favor del internacionalismo: La idea de que el nacionalismo es una ideología burguesa y que el proletariado es una clase universal que no puede reconocer patria sin traicionar sus intereses alimenta toda política leninista.
  6. perspectiva del hombre nuevo: Contrario a la criminalidad, absentismo laboral, alcoholismo, por otro lado nada lejano a otros sistemas políticos; el comunismo fue un sistema paradójico en este aspecto, pues los anteriores fenómenos aumentaron de manera dramática durante la dictadura comunista.
  7. la necesidad de reconocimiento del individuo: El comunismo piensa en clases, en masa, en agregados y pierde de vista al individuo. Tal percepción de la sociedad es peligrosa pues los derechos y obligaciones se otorgan por pertenencia a tal o cual agregado determinado y no por el mero hecho de ser un ser humano. En este aspecto, el comunismo no se diferencia de otras dictaduras como el nazismo o el fascismo.
  8. ansia de libertad: He citado ya más de una vez en este blog la cita de David Hume: “Es raro que una libertad, cualquiera que sea, se pierda de una vez”. Los ciudadanos de los países comunistas veían la libertad existente en los países capitalistas y era algo que ansiaban, pues llevaban luchando por ella desde los tiempos de los zares. Pensaron que la Revolución sería su salvación y se equivocaron, confiaron en el Partido y tampoco fue la respuesta acertada. La gente quería libertad y la pidió a gritos por toda Europa.

A mayores podemos hablar de las propias paradojas del comunismo como proyecto político realizable. Ya muy temprano en la historia del marxismo se hizo patente la contradicción que suponía creer que la historia está regida por leyes científicas y al mismo tiempo instar de las personas un comportamiento subjetivo que cooperara a la evolución y, además, dado que suponía a ésta un carácter positivo y emancipador que acelerara el advenimiento de una sociedad perfecta.

Marx creía haber descubierto la ley que explica y permite predecir el fin fatal del capitalismo, condenado a desaparecer en función de una tendencia intrínseca a este modo de producción y que él formuló como ley del “descenso de la tasa de ganancia del capital”: El capitalismo tiene una tendencia imparable al empobrecimiento que le lleva de crisis en crisis, hasta el momento de su crisis general que tiene entonces aspectos revolucionarios porque será sustituido por un nuevo modo de producción más justo: el comunismo.

Pero Marx no dejo indicaciones acerca de cómo debía ser esta sociedad comunista. Los comunistas si ocuparon en señalar como debía ser con todo lujo de detalles, como Rosa de Luxemburg. Probablemente el ensimismamiento de los autores comunistas en esta creencia en las leyes objetivas de la historia y en la esperanza en la famosa “crisis general del capitalismo”, tantas veces anunciada y tantas veces protestada, les impidió ver la paradoja de que, al final su predicción se cumpliera pero no con el capitalismo, sino con el comunismo. Le ha pasado al comunismo lo que esperaban le pasase al capitalismo.

Claro que todo esto al pensamiento único le suena a chino, para ellos el capitalismo fue el culpable de derrocar a un sistema político que llevaría a todos los seres humanos a la felicidad terrenal. Lástima que muchos de esos intelectuales de izquierdas no pasaran unas buenas vacaciones en un GULAG.

18 de octubre de 2005

El chantaje de las discográficas y las cinematográficas: un enfoque sociológico (y IV)

Por último analizaremos los valores culturales que configuran la cultura de los emprendedores, finalizando así este pequeño estudio sobre las cuatro culturas que estructuran los valores culturales de la sociedad Internet. Los emprendedores de la sociedad red tienen una característica principal, la capacidad para percatarse de los potenciales de transformación para generar recursos dentro de la industria de Internet, un ejemplo claro es Silicon Valley. Para Castells, “la base de esta cultura emprendedora es la capacidad de transformar el know-how tecnológico y la visión empresarial en un valor financiero, y entonces transformar en liquidez parte de este valor para que la visión se transforme en realidad” (CASTELLS, M. 2003, 83).
La figura del emprendedor no debemos fijarla o pensar en ella como una persona individual, ya que el emprendedor si bien puede ser un sujeto único, también puede ser un compuesto de personas, organizaciones, inversores, tecnólogos y capitalistas de alto riesgo; donde intentan combinar y conjugar un proceso productivo y de innovación que “crea empresas, hace dinero y, como producto derivado, produce tecnología, bienes y servicios.” (CASTELLS, M. 2003, 83)
Por último, destacar de la cultura del emprendedor que por supuesto, el dinero ocupa un lugar muy destacado, pero no exclusivamente, también se otorga dentro de esta cultura una gran importancia al trabajo, incluso podemos hablar de una adicción al trabajo.

La articulación de estas cuatro culturas, su conjugación, combinación en influencias mutuas, conformaron lo que hoy en día conocemos por Internet y su cultura. Utilizando de nuevo las palabras de Castells, podemos concluir que: “En la parte superior de la construcción cultural que condujo a la creación de Internet, está la cultura tecnomeritocrática de la excelencia de la excelencia científica y tecnológica, que surge básicamente de la gran ciencia y del mundo desarrollado. [...]

La cultura hacker dio un carácter específico a la meritocracia a base de reforzar las fronteras internas de la comunidad de los tecnológicamente iniciados, indepenzándose así de los poderes fácticos. [...]

La apropiación de la capacidad de conexión en red por parte de redes sociales de todo tipo condujo a la formación de comunas on line que reinventaron la sociedad, expandiendo considerablemente la conexión informática en red, en su alcance y en sus usos. [...]

Finalmente, los emprendedores Internet descubrieron un nuevo planeta, poblado por grandes innovaciones tecnológicas, nuevas formas de vida social e individuos autodeterminados, dotados por su habilidad tecnológica de un poder de negociación considerable frente a las reglas sociales e instituciones dominantes. Fueron un paso más allá. En lugar de atrincherarse en las comunas creadas en torno a la tecnología Internet, intentaron tomar el control del mundo haciendo uso del poder que acompañaba a esa tecnología.” (CASTELLS, M. 2003, 86-87)

Libertad de información, comunidades globales virtuales, trabajo compartido, software libre, etc. Todos los valores que fundamentan Internet son incompatibles con los derechos de propiedad intelectual que actualmente conocemos. Las discográficas y cinematográficas están luchando por mantener un modelo arcaico y primitivo, lo están haciendo atacando de frente y sin sentido los propios valores creadores de Internet, por eso no funcionan y se muestran inútiles; al igual que fueron inútiles las medidas que tomaron los gremios para defenderse de la Revolución Industrial, de la aristocracia cuando se instauro la democracia y no querían perder sus privilegios. No son conscientes de que la información es libre, de que los canales de distribución también lo son y que por tanto, no valen normas restrictivas y coactivas.

Resumiendo, ¿cuál es el motivo de que Internet se convierta en un lugar donde la gente vaya a buscar información?. La primera respuesta es evidente, la rapidez para conseguir la información buscada sólo depende del tipo de conexión que utilice el usuario, pero por muy lenta que esta sea, la rapidez será mayor a la de los medios de comunicación clásicos: radio, televisión y prensa. La segunda, por que Internet ofrece toda una amplia gama de comunidades que se dedican exclusivamente a informar sobre cualquier tema, desde como cuidar bonsáis a noticias de ultima hora sobre economía, política, etc.

Estas comunidades comparten una serie de intereses particulares, pero sobre todo son producto de los valores que anteriormente hemos descrito, primacía de la libertad de expresión y comunicación, intercambio de información, capacidad para compartir recursos en tiempo record, etc.

¿Qué ofrecen a cambio los sectores que estamos analizando? Más restricciones, más leyes, más estatismo, menos intercambios, más poder centralizado, más monopolio, menos oportunidades de crecimiento (recordemos lo que dice Negroponte: . “Ser digital es poder crecer”). Y aún se extrañan de que la gente no acepte su chantaje.

BIBLIOGRAFÍA

Castells, Manuel (2003): La galaxia Internet: reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad. Editorial De Bolsillo. Barcelona.

Hayek, Friedrich (1989): “The Fatal Conceit: The Errors of Socialism”, citado en Tom Palmer, “Intellectual Property: A Non-Posnerian Law and Economics Approach”, Hamline Law Review. Título de la publicación en español: La fatal arrogancia.

Himanen, Pekka (2001): La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Ediciones Destino. Madrid.

Negroponte, Nicholas (2000): El mundo digital: el futuro ha llegado. Biblioteca de Bolsillo.

Palmer, Tom (1990): “Are patents and copyrights morally justified? The Philosophy of Property Rights and Ideal Objects”, Harvard Journal of Law & Public Policy,

El chantaje de las discográficas y las cinematográficas: un enfoque sociológico (III)

La cultura hacker, una de las cuatro que configura la cultura de Internet, juega un papel fundamental por dos motivos, “es el caldo de cultivo en donde se originan importantes innovaciones tecnológicas mediante la cooperación y la libre comunicación; por otro lado, dicha cultura hace de puente entre los conocimientos originados por la cultura tecnomeritocrática y los proyectos empresariales que difunden Internet en el conjunto de la sociedad” (CASTELLS, M. 2003, 62-63).

Pekka Himanen en su obra La ética del hacker y el espíritu de la era de la información, nos dice que la ética del hacker rompe con la ética protestante y el espíritu capitalista que tan brillantemente explicó Max Weber en su grandiosa obra La ética protestante y el espíritu capitalista. Frente a los valores tomados como válidos por el trabajador protestante, Himanen defiende que los nuevos valores del hacker rompen con una forma de trabajo considerada hasta ahora, como la más aconsejada y válida para la realización de una tarea profesional.

Himanen defiende que “los siete valores de la ética protestante son el dinero, el trabajo, la optimización, la flexibilidad, la estabilidad, la determinación y la contabilidad de resultados.” (HIMANEN, P. 2001, 155). En contra oposición a ellos, enumera los siete valores de la cultura hacker: “El primer valor orientador en la vida del hacker es la pasión, es decir, una búsqueda intrínsecamente interesante que le llena de energía y cuya realización le colma de gozo. En segundo es la libertad. Los hackers no organizan sus vidas en términos de una jornada laboral rutinaria y optimizada de forma constante, sino como un flujo dinámico entre el trabajo creativo y las otras pasiones de la vida, con un ritmo en el que hay espacio para el juego. La ética del hacker del trabajo consiste en fusionar pasión y libertad. Esta parte de la ética del hacker ha sido la que ha ejercido una influencia más amplia.

En la ética del hacker del dinero, [...], el elemento más llamativo es que muchos hackers siguen aún el hackerismo originario al no considerar el dinero un valor en sí mismo y al motivar su actividad en función de metas como el valor social y la accesibilidad. Estos hackers quieren realizar su pasión junto a los demás y crear algo que tenga valor para la comunidad y merecer por ello el reconocimiento de sus iguales. [...] el tercer aspecto esencial de la ética hacker es su actitud en relación a las redes, o la nética, definida por los valores de la actividad y la preocupación responsable. En este contexto, actividad implica una completa libertad de expresión en la acción, privacidad para proteger la creación de un estilo de vida individual, y rechazo de la receptividad pasiva a favor del ejercicio activo de las propias pasiones. Preocupación responsable significa aquí ocuparse de los demás como fin en sí mismo, con el deseo de eliminar de la sociedad red la mentalidad de supervivencia [...] el séptimo y último valor [...] se trata de la creatividad, la asombrosa superación individual y la donación al mundo de una aportación genuinamente nueva y valiosa.” (HIMANEN, P. 2001, 155-157)

Sin embargo, en otro análisis sobre los valores de la ética hacker, que lleva a cabo Castells, reduce el número de siete a un solo valor fundamental: la libertad; “Un valor fundamental [...] la libertad. Libertad para crear, libertad para absorber los conocimientos disponibles y libertad para redistribuir dichos conocimientos en la forma y en el canal elegidos por el hacker” (CASTELLS, M. 2003, 70) A este valor supremo que es la libertad, Castells une un sentimiento de grupo, de comunidad donde el hacker se encuentra plenamente integrado y donde realiza sin límites su pasión.

Otra de las culturas que forma la cultura de Internet es la de los comunitarios virtuales; los primeros usuarios de Internet crearon las primeras comunidades virtuales y estas se convirtieron en fuente de valores que determinaban el comportamiento y la organización social de estas comunidades en la red.

Se hace difícil intentar dar una definición o una imagen clara y concisa de las comunidades virtuales, como muy bien indica Castells: “El ámbito social de Internet es tan diverso y contradictorio como la propia sociedad. Así, las diversas comunidades virtuales no constituyen un sistema mínimamente coherente de reglas y valores sociales, como ocurre con la cultura hacker.

Sin embargo, estas dos comunidades se basan en dos características culturales compartidas de gran importancia. La primera es el valor de la comunicación horizontal y libre. [...] El segundo valor compartido, surgido de las comunidades virtuales es lo que yo llamo conectividad autodirigida, o sea, la capacidad de cualquier persona para encontrar su propio destino en la red y, si no lo encuentra, para crear y publicar su propia información, suscitando así la creación de una nueva red.” (CASTELLS, M. 2003, 79-80)

El chantaje de las discográficas y las cinematográficas: un enfoque sociológico (II)

Según Castells, “La rápida difusión de los protocolos de comunicación entre ordenadores no habría tenido lugar sin la distribución abierta y gratis de software y el uso compartido de recursos, que se convirtieron en los códigos de conducta de los primeros hackers. [...] la mayor parte de las redes requerían un eje troncal (backhbone) anclado en máquinas de mayor potencia y eso sólo fue posible gracias al contacto entre las redes de base científica y las comunidades de hackers en las universidades” (CASTELLS, M. 2003, 43). Las universidades se convierten en el epicentro de las relaciones entre los científicos más ortodoxos y una subcultura con unos ideales contraculturales como eran la comunidad hackers, de la que también formaban parte profesores y científicos.

Y aunque debemos matizar que no todos los estudiantes y hackers que participaron en los proyectos de desarrollo de Internet tenían valores que podamos relacionar con movimientos contraculturales, compartían una serie de valores relacionados con la libertad individual, de pensamiento libre y la idea principal de compartir información, recursos e ideas; “Esta cultura estudiantil tomó la conexión informática en red como una herramienta de comunicación libre y en el caso de sus miembros más politizados (Nelson, Jennings, Stallman), como una herramienta de liberación que, junto con el PC, transmitiría a la gente el poder de la información, para liberarse tanto de los gobiernos como de las empresas” (CASTELLS, M. 2003, 44).

Por lo tanto, podemos afirmar que la gran característica de Internet es la libertad, la capacidad para expresar libremente los conocimientos y recursos, para compartirlos y mejorar entre todos, la red de redes; podemos decir que por tanto, la arquitectura de Internet es sobre todo una arquitectura abierta. (CASTELLS, M. 2003, 45). Y es que ese es el secreto del rápido crecimiento de Internet, la capacidad interna de su estructura formativa, de su arquitectura, que permite que el objeto se vaya formando constantemente mientras se usa, que permite darnos cuenta de los fallos que tiene e intentar solucionarlos al momento, entre todos, para mejorar el producto final; y para que esto se produzca, deben cumplirse tres condiciones que detalla Castells: “en primer lugar, la arquitectura en red debe ser de carácter abierto, descentralizado, distribuido y multidireccional en su interactividad; en segundo lugar, todos los protocolos de comunicación y sus desarrollos deben ser abiertos, distribuirse libremente y ser susceptibles de modificación [...] y en tercer lugar las instituciones que gestionan la red deben construirse de acuerdo con los principios de transparencia y cooperación que son inherentes a Internet.” (CASTELLS, M. 2003, 49)

Los usuarios de Internet, por tanto, forman una parte importante en la creación de la red, sin embargo, debemos diferenciar claramente que no todos los usuarios de Internet participan activamente en su creación, se impone entonces la necesidad de una diferenciación entre los distintos tipos de usuarios de Internet. Castells ofrece una separación en dos grandes grupos: los productores-usuarios, “aquellos cuyo uso de Internet retroalimenta al sistema tecnológico” (CASTELLS, M. 2003, 57); y los consumidores-usuarios, “aquellos receptores de aplicaciones y sistemas que no interactúan directamente con el desarrollo de Internet” (CASTELLS, M. 2003, 57).

Internet y su cultura son fruto, por tanto, no sólo de los profesionales que se dedican a su evolución y desarrollo, si no que también existe una gama de usuarios que ayudan a su expansión y mejora, en un proceso de feed back.

Castells habla de cuatro estratos que forman la cultura de Internet, ordenados de forma jerárquica: “la cultura tecnomeritocrática, la cultura hacker, la cultura de la comunidad virtual y la cultura emprendedora. Juntos contribuyen a una ideología de la libertad muy generalizada en el mundo de Internet.” (CASTELLS, M. 2003, 58).

En primer lugar analizaremos la cultura tecnomeritocrática o las tecno-elites. Debemos señalar que la concepción del mérito en este tipo de cultura dista un poco de las concepciones de las elites que poseen Pareto o Nietzsche. Para Castells, la cultura tecnomeritocrática basa el merito “por el grado de contribución al desarrollo de un sistema tecnológico que proporciona un bien común a la comunidad de descubridores.” (CASTELLS, M. 2003, 60)
Podemos enumerar las características principales de la cultura tecnomeritocracia como sigue (CASTELLS, M. 2003, 61-62):
  • El descubrimiento tecnológico es el valor supremo, la meta deseada.
  • La importancia y la posición relativa del descubrimiento depende de la aportación al campo de conocimiento, centrado en la solución de un problema.
  • La relevancia del descubrimiento se establece por una evaluación entre los compañeros de la comunidad científica.
  • Existe una jerarquización para la realización y coordinación de tareas.
  • El respeto de la comunidad científica se obtiene si se siguen las reglas formales e informales de la comunidad y no utilizar los recursos comunes para el beneficio personal, lo que se debe conseguir es un beneficio para toda la comunidad científica.
  • El quid de todo esto se centra en la comunicación abierta del software y de todos los avances obtenidos gracias a la colaboración en red.

La cultura hacker, una de las cuatro que configura la cultura de Internet, juega un papel fundamental por dos motivos, “es el caldo de cultivo en donde se originan importantes innovaciones tecnológicas mediante la cooperación y la libre comunicación; por otro lado, dicha cultura hace de puente entre los conocimientos originados por la cultura tecnomeritocrática y los proyectos empresariales que difunden Internet en el conjunto de la sociedad” (CASTELLS, M. 2003, 62-63).

CONTINUARÁ...

El chantaje de las discográficas y las cinematográficas: un enfoque sociológico (I)

El intento de generar oportunidades de negocio restringiendo legislativamente el acceso a ciertos objetos ideales, imitando así los procesos de mercado que rigen la asignación de bienes tangibles, contiene una fatal contradicción: viola los derechos sobre los bienes tangibles, los derechos mismos que proveen el fundamento legal en el que se cimienta el mercado.
Tom G. Palmer

Mientras la propiedad de los bienes materiales orienta el uso de los medios escasos a los fines más importantes, en el caso de los bienes inmateriales como las producciones literarias y la invenciones tecnológicas la habilidad para producirlas es también limitada, pero una vez han sido creadas pueden multiplicarse indefinidamente y pueden convertirse en escasas sólo mediante la ley con el propósito de generar incentivos para producir tales ideas. Sin embargo no es obvio que esta escasez artificial sea el modo más efectivo de estimular el proceso creativo del hombre.
Friedrich Hayek

En el desarrollo para una futura sociedad del conocimiento, nos encontramos todavía en una sociedad de la información, concepto que nos invade y rodea por todos lados. La información se ha convertido en una las variables fundamentales para comprender la realidad actual y difícilmente puede explicarse hecho social, económico, cultural, etc. sin hablar de ella.
Los medios de comunicación, sobre todo los de masas, han sido uno de los grandes gérmenes de la sociedad de la información; pero sobre todo, debemos destacar Internet. Su llega y generalización, ha supuesto un cambio radical el la comprensión del mismo concepto de información, pero no sólo ha modificado nuestra visión sobre el tema, sino que también a influido y determinado nuestra forma de hacer ciencia social, o lo que es lo mismo, ha afectado a la misma sociedad en la cual estamos sumergidos.

Este cambio, producido en tan poco espacio de tiempo en comparación con otros grandes cambios históricos como la Revolución Francesa o la Revolución Industrial, ha dejado fuera de lugar tanto a individuos como a instituciones, sobre todo empresas que no han sido capaces de adaptarse a las nuevas exigencias del mercado de la economía global y la información libre.

Uno de los sectores que peor se ha adaptado ha este cambio de paradigma ha sido el de las discográficas y el sector la distribución cinematográfica, debido sobre todo a su monopolio en la distribución de la información durante mucho tiempo, les llevó a un acomodamiento y despreocupación por la posible competencia ante otros canales de distribución de la información alternativos. Evidentemente veían a esos competidores lejanos y demasiado pequeños para representar una verdadera amenaza a su monopolio de la información. Sin embargo, la llegada de Internet lo cambio todo; aparecía el mundo digital y desaparecía el mundo analógico donde estos monstruos habían campado a sus anchas. Las estrategias de defensa del pasado ya no funcionan ahora, los mecanismos defensivos que tienen se basan sobre todo en recordar mediante acciones legales y sanciones económicas, que ellos son los únicos que controlaban los canales de distribución informativa, pero la realidad les demuestra día a día que eso no es así.

La única forma que tienen esos sectores de sobrevivir es reorientar sus estrategias comerciales y empresariales. Su estrategia de empresa se ha quedado tan anticuada como se quedaron en su día, ante la Revolución Industrial, los gremios y sólo les queda la máxima de cambiar o morir. ¿Y cuál ha sido la decisión que han tomado?, pues la menos acertada, negar el cambio e intentar parar lo imparable.

Las compañías discográficas y cinematográficas (en su vertiente de distribución, no en cuanto a su acción como productoras de música o cine o su papel como promotoras), se han empeñado en no abandonar su trono en la distribución de la información, mostrando dos cosas: primera, su incapacidad para la innovación en el campo de la gestión empresarial; segunda, no han entendido lo más mínimo que significa eso de la sociedad de la información, ni han comprendido la verdadera esencia de Internet.

De la propia historia de Internet, podemos sacar una conclusión bastante llamativa, el origen de la red de redes fue un impulso llevado a cabo por varias partes: la ciencia universitaria, la investigación militar y la cultura de la libertad; como muy bien indica Castells: “Internet nació en la insólita encrucijada entre la gran ciencia, la investigación militar y la cultura libertaria” (CASTELLS, M. 2003, 34).

Me centraré personalmente en la cuestión de la cultura libertaria, no porque la gran ciencia o ciencia universitaria y la investigación militar no carezcan de importancia, sino porque considero que la cultura libertaria es una de las características más propias del desarrollo de Internet, pues pocos avances tecnológicos y científicos han estados basados en la cultura de la libertad como la red de redes; también porque esta cultura de la libertad tuvo su origen en los campus universitarios donde se empezaron a dar los primeros pasos de Internet, por tanto, esta cultura no sólo caracteriza a Internet, sino que también influye en uno de los factores principales que fomentaron su creación.

CONTINUARÁ...