30 de octubre de 2007

III Jornadas sobre gestión de crisis

La Facultad de Sociología de la Universidad de A Coruña organiza bajo la dirección Juan de Dios Ruano Gómez (ver CV) las III Jornadas sobre Gestión de Crisis. Cuando hace ya tres años se iniciaba este reto personal de su director se pretendía conseguir "una serie de encuentros anuales que tienen por objeto preparar un campo de reflexión específico en torno a esta clase de situaciones inestables. Situaciones críticas que vienen siendo generalmente abordadas desde la urgencia de los acontecimientos y la variedad de las explicaciones. Por esta razón, somos plenamente conscientes de que el campo de reflexión propuesto es susceptible de ser planteado desde una pluralidad de perspectivas que pueden darse cita, válidamente, alrededor de esta temática de la gestión de crisis. Con todo, como se tendrá ocasión de comprobar, nuestro empeño es tener presente -en todas y cada una de las series de jornadas que se llevarán a cabo - tres ámbitos concretos de reflexión sobre las crisis: el teórico, el empírico y el técnico."[1].

Alcanzadas ya las terceras y analizando todo lo presentado y lo que se presentará en estas III Jornadas, no podemos más que afirmar rotundamente que se ha cumplido el objetivo citado. Reunir una vez al año a una serie de profesionales y tratar algo tan presente y tan importante como la gestión de las crisis (baste pensar en la crisis de las hipotecas subprime, los recientes problemas de infraestructuras en Cataluña, etc.), debe celebrarse y festejarse, pero si a todo ello se une el llevarlo a cabo en A Coruña, lejos de los supuestos centros claves de pensamiento científico monopolizado por las grandes ciudades, y promoverlo todo desde una Facultad de Sociología es la demostración clara y patente de que con esfuerzo, dedicación, empeño e ideas cualquier discurso victimista basado en la periferia o el malestar de la disciplina pierde vigor.

Información sobre las jornadas haciendo clic aquí.

[1] Juan de Dios Ruano Gómez (dir) (2006): I Jornadas sobre gestion de crisis: Más allá de la sociedad del riesgo. Universidade de A Coruña Servicio de Publicacions. A Coruña. Pág. 7

22 de octubre de 2007

¿Por qué funciona la economía?

Nobleza obliga antes de nada, dejar claro que por supuesto que no tengo una respuesta a tamaña pregunta anunciada en el título del artículo. El por qué funciona la economía se eleva a cuestiones tales como las que debatían los filósofos antes de la ruptura con la metafísica que propone Inmanuel Kant , y por lo tanto, no soy yo la persona con la sapiencia necesaria para dar ni siquiera una vaga respuesta aceptable, sino pequeños balbuceos parecidos al de un niño pequeño cuando empieza hablar. Por ello, he preferido dar paso a uno de los economistas más interesantes y más importantes de finales del siglo XX (y del presente, pues sigue aportando su sabiduría aún) como es William J. Baumol.
Mi interés por la pregunta que tratamos viene desde que descubrí los complejos entramados que presenta el sistema económico capitalista y comprobar que a pesar de su caos, las soluciones que aporta no son todo lo negativas que muchos anti-capitalistas y anti-sistema defienden a ultranza. Curiosidad prematura que experimentó un nuevo impulso al ver el programa REDES nº 442, en el cuál se hacían la misma pregunta. Aprovechar para decir que se trata de un programa este que deberían poner en todas las facultades de ciencias sociales de este país, sobre todo en aquellas donde aún se encuentra instalado la fragancia, algo muerta ya, de marxismos, estructuralismos, socialismos de todo tipo y neo-hippies post-materialistas, todos ellos más proclives a criticar el capitalismo que a reconocer alguna de sus virtudes.
No voy a reproducir aquí la entrevista que el presentador del programa y director del mismo, Eduard Punsent realiza al profesor Baumol, sino detenerme en aquellos detalles que más han llamado mi atención sobre el tema que tratamos.
La primera afirmación sorprendente es que según Baumol, lo llamativo ya de las actuales economías capitalistas no es el capital entendido en su concepción más clásica; sino que ese capital debe ser hoy en día definido en conceptos tan importantes como innovación y tecnología. Es lo que ya muchos economistas vienen defendiendo como la nueva economía del conocimiento, dónde las ventajas competitivas ya no se encuentran los factores clásicos de tierra, trabajo y capital monetario, que sin perder su importancia se ven relegados a un papel secundario por la innovación y el desarrollo tecnológico. Si una economía nacional o una empresa desea realmente ser competitiva ya no debe preocuparse ya tanto por el capital, los recursos naturales o la tierra sino por el desarrollo tecnológico. Idea esta que ya en el gran economista del desarrollo como Robert M. Solow enunció en su indispensable artículo de 1956 “A Contribution to the Theory of Economic Growth” publicado por The Quarterly Journal of Economics.
La economía del conocimiento supone una de las mayores respuestas del capitalismo a sus críticos, empeñados todavía en ver todo los males del mundo en términos de dominación de clase o enorme desigualdad de poder económico entre proletario y capitalista burgués. El conocimiento se encuentra en todas partes, en cualquier lugar y momento como han demostrado las mayores empresas tecnológicas del mundo como Microsoft o Google, creadas en un garaje. Pero no sólo en el mundo desarrollado, sino que gracias a la globalización, ese conocimiento se expande y distribuye por todo el globo, como buena muestra de ello es Irlanda que basó su crecimiento económico en una fe ciega en el conocimiento o la India, que con igual fe, prefiere un crecimiento menos fuerte que el Chino pero más basado en pilares tan fuertes como el desarrollo tecnológico e informático.
El capitalismo nos muestra gracias a la innovación que la mejor forma de enriquecerse, conseguir poder y prestigio ya no es como en otros sistemas, ir cobrando sobornos o impuestos, sino innovar en todo momento. Baumol nos da una maravillosa lección de liberalismo económico que muchos intervencionistas deberían tener en cuenta y hacerles dudar sobre los beneficios de aumentar constantemente el cobro de impuestos para mantener un enfermo Estado de Bienestar, o interponer las menos barreras posibles para dejar a la innovación crecer en toda su plenitud.
Otra afirmación realmente sorprendente es que no todo monopolio es negativo, sino que existe un tipo de monopolio, el oligopolio, que dentro de unos límites es realmente beneficioso para todos. Y lo es porque volviendo al primer punto, permite el desarrollo de innovación y tecnologías a mayor escala, reduciendo su coste y favoreciendo en mayor medida su propagación a todos los consumidores. Recurre Baumol a un ejemplo muy gráfico como es el primer avión de los hermanos Wright, en el cual muchos nos pensaríamos dos veces volar a cualquier lugar del mundo; sin embargo, los grandes oligopolios como Airbus o Boeing han invertido cantidades ingentes de dinero para lograr aviones más cómodos, rápidos y seguros. Pensemos que la concentración empresarial no es mala en sí, ya que lo que busca en todo momento es una asignación más eficiente de los recursos y por lo tanto, una reducción de los costes o una mayor capacidad inversoras para desarrollar nuevos productos. Así que a pesar del mito muy difundido que grandes conglomerados son perjudiciales por su enorme concentración de poder y riqueza, debe expandirse más el logos de una visión de estos conglomerados como origen de desarrollo, innovación y nuevas tecnologías a mejor precio.
Resumiendo, podemos afirmar que si el capitalismo a triunfado es gracias, en opinión de Baumol, a su capacidad innata para innovar contastemente. ¿Pero es que no existe un punto negativo o negro? Claro que si, la contaminación está ahí y los procesos de innovación y desarrollo tecnológico han permitido que algo tan sofisticado como un arma, pueda hoy en día ser adquirida a un precio ridículo en comparación a hace treinta o cuarenta años. Sin embargo, el sistema capitalista tiene la suficiente capacidad dinámica y de feed back para dar soluciones a esos problemas si se desean dar, y de hecho, en el caso de la contaminación, estamos viviendo una época de revolución en tecnologías e innovaciones impresionantes en energías verdes. Así creo que podemos afirmar bien alto que “¡El capitalismo ha muerto, viva el capitalismo!”.

15 de octubre de 2007

Latinoamerica: un resumen de su historia económica en breves líneas

Cita del economista español Juan E. Iranzo en su libro "Globalización y nueva economía" publicado por el Instituto de Estudios Económicos en su serie Punto de Vista.

"El milagro económico del Sudeste asíatico contrasta con la inestabilidad imperante en Iberoamérica y la debilidad crónica en África. En la mayor parte de las economías iberoamericanas se aplicó, en las décadas de los 50 y 60, un modelo de sustitución por importaciones, amparadas en su gran tamaño y en la disponibilidad de recursos naturales, pero que únicamente consiguió, mediante una política proteccionista y el abandono de las ventajas comparativas, ditorsionar la asignación eficiente de recursos, mermando la competitividad del sector exportador y fomentando artificialmente los sectores industriales menos competitivos. Como consecuencia del deterioro de la relación real de intercambio (fruto de las crisis energéticas de los años 70), la escasez de recursos exteriores para obtener los necesarios bienes de capital o energéticos acabó estrangulando el modelo. La generalización de los déficit públicos en la década de los 80 desembocó en inflación (por el recurso a las autoridades monetarias) y en un enorme endeudamiento externo que, a su vez, introducía expectativas de devaluación de sus monedas y, en consecuencia, obligaba a pagar elevadas primas de riesgo e incentivaba la salida de capitales. La recesión que siguió a esta crisis de la deuda obligó a aplicar energéticos programas de estabilización, con la ayuda del FMI, con el fin de reconducir las finanzas públicas. Con la lección bien aprendida, estos países apostaron, en la década de los 90, por la estabilidad macroeconómica y la apertura al exterior, integrándose en uniones aduaneras como el Mercosur o el NAFTA, convirtiéndose, de este modo, en uno de los principales destinos de la inversión internacional. No obstante, las recientes crisis (especialmente en Argentina), fruto del abandono de la ortodoxia económica, parece que han hecho resurgir, en algunos países de región, el indeseable y destabilizador populismo."

12 de octubre de 2007

10 de octubre de 2007

Lavado de cara

Queridos lectores os presento la nueva cara de Reflexiones con algunas novedades y con la misma ilusión y ganas de comunicar y aprender de siempre.

Ahí arriba tienen ahora a su disposición los titulares de noticias sobre economía, política, ciencia, física y etc; la actualidad del día sobre los temas que trato en el blog y alguno que otro más. También he incorporado una nueva sección acá a la izquierda sobre uno de los libros que actualmente esté leyendo por si les entra la curiosidad, mi modesta forma de publicitar la lectura.

Ahora sólo queda que sigan dándome su apoyo con sus visitas y con sus valiosos comentarios, los cuales son una de las bases por las cuales mantengo este blog.

Un cariñoso saludo.

9 de octubre de 2007

Nobel de Física 2007

La Real Academia de Ciencias de Suecia ha otorgado este año el premio Nobel de Física a los científicos el francés Albert Fert y el alemán Meter Grünberg por sus descubrimientos prácticos de MGR o Magnetorresistencia Gigante. Proceso proveniente de la mecánica cuántica, tiene aplicaciones claras en la nanotecnología y de esta en cosas tan cotidianas como los discos duros de un ordenador.

En breves palabras, a escalas nano, los científicos anteriores descubrieron que este efecto se muestra como un aumento significativo de la resistencia de la estructura cuando dos capas ferromagnéticas disponen de electrones con espines opuestos, mientras que el nivel es inferior si los espines de los electrones son paralelos. Su aplicación se ve perfectamente en los discos duros de un ordenador, sabemos que el código binario se manifiesta mediante impulsos electromagneticos que indican la direción y por tanto permiten saber a un ordenador la información que hay recogida. A medida que se iba reduciendo el tamaño de los ordenadores y por tanto los discos duros, se hacía necesario saber si era posible encontrar materiales que permitiesen eso mismo a niveles más pequeños, y gracias al MGR se descubrio que si se emplean ciertos materiales es posible que los discos duros de un ordenador puedan emitir los impulsos electromagneticos necesarios a niveles nano para poder funcionar.