23 de febrero de 2010

El miedo al libro digital

Dice el refranero español que "cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar". Y eso debería estar haciendo la industrial editorial en el mundo y, por ende, en España. Sin embargo, lejos de tal actitud previsora, las empresas editoriales están cayendo en los mismos errores que sus primas las discográficas. Luego vendrán los lloros y las pataletas. Y sospecho que el Sr. Jaume, editor de Lumen, será uno de los que use el pañuelo.


Andreu Jaume publica un artículo en El País de hoy, bajo el título "El ágora digital", donde plantea una alegoría de Internet como un ágora o plaza pública de la Grecia Clásica, cito textualmente: "Por encima de todo, Internet es una nueva plaza pública..." . Y, ¿cuál es la pretensión del Sr. Jaume sobre ese lugar de reunión?, "una jerarquía y una organización que permitan un tráfico regulado." ¿Les suena de algo su discurso? Es el mensaje de los vencidos, los perdedores, los fracasados que incapaces de levantar el vuelo y plantar cara a los nuevos retos tienen su jugada en una sola cosa: el control.


Los retos que plantea la nueva economía, ejemplificados en el mundo de Internet, pueden verse de dos formas, bien como amenazas a nuestro modelo de negocio ante las cuales debemos atrincherarnos y usar todos los mecanismos a nuestra disposición para no cambiar o bien, pensar que se abren multitud de oportunidades para adaptar nuestro modelo de negocio al mercado cambiante. Los empresarios de éxito comprenden que los modelos de negocio no son eternos y que el mercado marca las pautas para el triunfo. Si no se lo creen pondré unos ejemplos.


Muchos seguro que conocen a la multinacional finlandesaNokia y muy posiblemente lleven en sus bolsillos o abrigos un móvil fabricado por la compañía. Lo que muy pocos saben es que Nokia fue fundada en ¡1865! y es casi seguro que por aquel entonces, su modelo de negocio no podía ser la telefonía móvil. De hecho la empresa afincada en Finlandia se dedicaba en sus orígenes a obtener ¡pulpa de madera! con la que fabricar papel.


Otro ejemplo es Siemens un enorme conglomerado alemán que se dedica actualmente a actividades tan diversas como sistemas de comunicación, tecnología sanitaria, soluciones tecnológicas para empresas (IT Services ), transporte y automoción, generación de energía, software, etc. Se fundóen ¡1847! en Berlin y cuando esta cuidad pertenecía al estado soberano de Prusia. Comenzó sus actividades estableciendo cables para ¡telégrafo! .


Se imaginan que las dos compañías anteriores mostrasen una actitud inmovilista y reaccionaria al cambio tecnológico y se enrocaran en seguir con sus desfasados modelos de negocio. El resultado sería claro, a día de hoy estarían muertas y nadie llevaría un móvil Nokia en sus bolsillos o sería escaneado en un hospital por un escáner médico de Siemens.


Pues esa es la pretensión del Sr. Jaume, enrocarse en su modelo de negocio y ver las oportunidades de Internet como una amenaza que necesitan control. ¿Cuáles son sus argumentos para defender dicha necesidad de control? El papel social del editor como figura capacitada para enlazar a los autores con el gusto del público lector. En sus propias palabras: "un editor cumple una evidente función social, inspirada en el criterio con que construye su catálogo y orientada a mediar entre el autor y su público ideal; una labor que, en última instancia, ayuda a configurar ese espacio común: el ágora de la polis. " Trabajo en la que no está solo y se necesita de la figura del crítico, pues "Para culminar su trabajo satisfactoriamente, el editor necesita otra figura que últimamente parece condenada al ostracismo: el crítico. Sin crítica no hay literatura porque simplemente no hay lectura eficaz. Si el editor, para entendernos, representa al autor, el crítico se erige como abogado del público, aunque muchas veces impugne o condene su gusto."


Dicho lo dicho, parece que ya sabemos cual es para el Sr. Jaume el perfil de lector preferido, aquel que no tenga la más mínima capacidad crítica para decidir sobre un libro o una obra. Por mucho que reniegue de caer en un elitismo cultural, "No se trata ahora de oponer un elitismo pueril", se ve abocado a ello sin remedio por su concepción de un individuo inmaduro, incapaz de tomar sus propias decisiones y necesitado en todo momento de alguien que guié sus pasos. Ideas que el mismo expone en el texto: "La Red permite sin duda la ampliación del derecho fundamental a la información y la cultura, pero pone de manifiesto también el problema cada vez más ominoso de la educación. El crítico inglés James Wood ha dicho con mucha gracia que Internet es como una fiesta a la que uno llega cuando todo el mundo está ya muy borracho. Y ya se sabe que para estar a la altura hay que beber muy rápido y perder la conciencia cuanto antes. Como lector agradezco todavía, en este sentido, que haya quien tenga la autoridad suficiente para hacer callar e incluso para echar al más pesado de la fiesta." Él, por lo visto, no se ve suficientemente capacitado para no beber si no lo desea, necesita de una autoridad superior que le obligue a ello. Estamos ante una de las características más nefastas del paternalismo del Estado de Bienestar, tanto en cuanto crea individuos sin capacidad de adquirir responsabilidades propias.


Visto todo lo anterior no es de extrañar también su actitud ante el mercado, "Sin una respuesta crítica, tanto el autor como el editor acaban trabajando exclusivamente para el mercado, un camino que inevitablemente conduce al totalitarismo intelectual, gobernado por una sola idea y donde nadie exige nunca nada a nadie.". Podemos comprender así que la mayoría de editoriales de este país necesite subvenciones para seguir publicando libros y poder seguir sobreviviendo. ¿Para qué escuchar al mercado? Es mejor sacar cerca de 75.933 libros nuevos al año (dato correspondiente a 2.007) independientemente de si se venden o no, o si existe capacidad humana lectora para ese ingente volumen de publicación.


Frente a ese totalitarismo intelectual que el Sr. Jaume parece temer por culpa de internet, les dejo unas palabras del filósofo Gabriel Albiac pronunciadas en el programa deLibertad Digital Debates en Libertad: "La Filosofía en estos momentos tiene un instrumento en el uso de la informática maravilloso, algo tan sencillo y elemental como poder tener en tu casa la totalitad de los libros de la Biblioteca Nacional Francesa, por ejemplo, y de una inmensidad tal como la de las bibliotecas norteamericanas."


Es evidente por tanto que el Sr. Jaume tenga miedo, pero no de esa falsa amenaza de totalitarismo intelectual, que ahora padecemos en manos de las editoriales, sino de perder el poder de intermediación que tiene.

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