21 de enero de 2009

Pensadores liberales franceses I: Jean-François Revel


Tengo el placer de inaugurar en
Reflexiones para perder el tiempo una serie corta de post sobre intelectuales y pensadores franceses liberales. Francia se ha caracterizado siempre por ser uno de los centros más importantes de pensamiento y ciencia en el mundo; sin embargo, y esto es algo que los propios franceses empiezan a admitir, parece ser que poco a poco esa importancia está en declive. Cada uno tendrá sus motivos y explicaciones, yo opino que durante mucho tiempo han vivido bajo el yugo asfixiante de corrientes estructuralistas y marxistas (con todas sus variantes), olvidando a otros pensadores clave como Bastiat, Tocqueville, Raymond Aron, J. F. Revel, Guy Sorman, etc.

Sirva este intento humilde para recuperar la figura y las ideas de estos grandes hombres.


Jean François-Revel

Se pueden decir muchas cosas de Revel pero si hay algo que caracterice su obra y su pensamiento es su intento de hacernos ver la importancia de los hechos, pero sobre todo, del sentido común. Sentido que a pesar de su supuesta generalidad, es como suele decirse, el menos común de todos los sentidos, más si cabe en el terreno de la política.


Revel era un intelectual, un pensador pero ante todo era una persona dotada con la capacidad de hacer claros y evidentes los hechos que de por si eran claros y evidentes, pero que se encontraban ocultos en una niebla de mentiras y servilismos. La demostración de esa virtud comienza ya con su obra “La tentación totalitaria” (1976) donde realiza lo que podía haber hecho cualquiera, una denuncia con datos y hechos que estaban a disposición de todos, del régimen totalitario comunista en la antigua URSS. Revel nos dice que el principal escollo que tiene el socialismo para triunfar es el propio comunismo, ya que bajo el comunismo el socialismo y la izquierda caen en el olvido de la autocrítica, la fascinación por el totalitarismo, el gusto por la crueldad y el servilismo al Partido Comunista. La vía de solución para Revel está en el giro hacia la socialdemocracia (aunque él termine en posiciones liberales).


Sin embargo, es en “Ni Marx ni Jesús” (1970) uno de sus escritos que más revuelo levanta entre aquellos que consideraban a la izquierda y el socialismo como el lugar político originario de los cambios y las revoluciones sociales. En esta obra defiende la tesis de que no son los partidos de izquierdas ni es en los países donde ha triunfado el socialismo ni el comunismo donde se llevan a cabo los cambios revolucionarios. Son los jóvenes de los países capitalistas los que se cuestionan – porque tiene la libertad para hacerlo – instituciones como la familia, el poder, el dinero, la empresa, el sistema político y económico, etc. También es donde se llevan a cabo las revoluciones feministas y la importancia cada vez mayor de la mujer, donde se cuestiona su papel y status social.


La publicación de “Cómo terminan las democracias” (1983) fue una explosión intelectual en las bases ideológicas de las democracias y de Occidente. Su tesis era que el comunismo había triunfado sobre Occidente, destruyéndole psicológica y moralmente, dejándole en un estado de esclerosis avanzada y parálisis profunda. ¿Cómo? Introduciendo unas series de ideas en el imaginario del pensamiento occidental que el propio Occidente no se cuestionó y acabo aceptando sin debate ninguno.


El intervencionismo imperialista de Occidente era mal visto incluso dentro de las propias sociedades occidentales, ya que se acusaba tales intervenciones de favorecer una posible guerra nuclear. Sin embargo, los juegos de poder soviéticos no eran cuestionados e incluso eran vistos como auténticos procesos de libertadores por parte de la opinión pública occidental. Ahí están Afganistán, Angola, Cuba, Etiopía o Vietnam.


Ese movimiento contrario a las intervenciones militares de Occidente era sobre todo llevado a cabo por un movimiento social exclusivo de las democracias: los pacifistas. En la carrera armamentística, la URSS fue siempre mucho más allá que sus rivales y sus inversiones superiores (tanto es así que su declive proviene de no haber podido seguir dedicando cantidades ingentes a la industria militar). Sin embargo, en el seno de su sociedad no tenía que lidiar con un sector de la población descontento con su militarización, ya que no existía un movimiento pacifista.


En 1988 publica “El conocimiento inútil” que no levanta tanto revuelo, pero que no deja indiferente a nadie que lo lea. Defiende que la verdadera fuerza que mueve las sociedades no es la verdad, sino la mentira. En un momento histórico donde la información destaca tanto cuantitativamente como cualitativamente, los dirigentes e intelectuales siguen cometiendo errores y todo ello gracias a un fallo tan absurdo como vital: ignorar la Razón.

Su crítica se centra sobre todo en la “intelligentsia”. En sus páginas acusa a los medios de comunicación de masas y a las élites culturales e intelectuales de atacar todo lo que “oliese” a derecha, sobre todo si estas medidas provenían de figuras políticas como Reagan, Thatcher, Kohl o Chirac. Su batalla ideológica se llevaba a tal extremo que no importaba mentir.


Gramsci llamó a los intelectuales a recoger el testigo de la clase obrera en la revolución. Pero no fue en los países comunistas donde estos tomaron el papel, ya que este papel lo ejercía de forma autoritaria y despótica el Partido y el Estado. Fue en las sociedades que Popper llamó “abiertas” donde más caló el discurso gramsciano.

¿Por qué ese cambio de agente revolucionario? Porque Gramsci y sobre todo los comunistas de libro, se daban cuenta de que las tesis de Marx y el marxismo estaban agotadas y vacías ya de contendido válido. Se hacía necesario que los creadores de ideas e ideologías, los creadores de opinión pública, en definitiva, los legitimadores de verdad, insuflaran nuevos aires al cadáver teórico del marxismo. Era necesario que alguien pensase, y como los pensadores marxistas de la URSS no eran más que marionetas en manos del Estado, era en los países capitalistas donde debía surgir esa nueva clase social. Nuevos revolucionarios cuya misión no era cambiar el estado real de la Unión Soviética, sino continuar la lucha abandonada por los trabajadores en los países libres para conducir a esos mismos países a la situación de la URSS.


Pero no toda crítica de Revel era de contenido político, sino que también dirigió sus ataques contra la cultura y las artes. En un alarde intelectual visionario, criticaba las teorías intelectuales que vaciaban de contenido toda ciencia para llenar ese vacío con un discurso hermético y todavía más vacío. Supuestos intelectuales como Lacan, Althusser, Teilhard de Chardin, Jacques Derrida, Deleuze, Slavoj Zizek, teóricos postmodernistas (Bauman, Lyotard, Vattimo, Baudrillard, Bataille, Laclau etc). Son autores de trabajadas teorías y discursos retóricos llenos de un hermetismo que únicamente oculta banalidad y vacío. Son disciplinas que se visten de ropajes de charlatanería pomposa para convertirse en, como dice Vargas Llosa, “ciencia humada de moda.”


Comprendemos ahora porque Revel fue un faro de luz en la intelectualidad francesa, un “rara avis” en esa hegemonía cultural y científica que el estructuralismo, el post-estructuralismo y el marxismo con todas sus variantes (neo, post y demás sufijos y prefijos) ejerce en Francia. Si ya es difícil encontrar liberales en Europa, la tarea se vuelve ardua en el país vecino, y Revel era un liberal con mayúsculas. Provocador, instigador, polemista pero sobre todo franco y claro con sus ideas, su magisterio sigue vigente más que nunca a pesar de su olvido en las Universidades.

19 de enero de 2009

A España le bajan la nota

Hace una semana Standard & Poor's comunicaba que ponía en revisión el rating de la deuda pública española (lo cual casi siempre es sinónimo de rebaja en el mismo). Pues bien, hoy se confirma la bajada de un "AAA" a un "AA+" (ver aquí qué significan las calificaciones y qué son).

¿Qué representa esta bajada para la economía española? En un momento donde el superavit de nuestras arcas ha sido malgastado en planes sin sentido financiero ni económico, a la hora de las verdaderas medidas para volver a nuestra economía por la senda de la recuperación tengan que ser llevadas a cabo, nos va a ser más caro conseguir dinero para llevarlas a cabo. Porque ahora los inversores van a exigir un tipo de interés más alto por dejarnos dinero, ya que no se fían de nosotros tanto como antes, nos ven menos solventes. Confian menos en la capacidad del estado para hacer frente sus pagos y devoluciones de la deuda, de ahí la importancia dada en el post de ayer a la confianza y la negativa imagen de un ministro de Economía como el nuestro.

Las consecuencias han sido inmediatas y no sólo en las bajadas del mercado de valores, sino en el de derivados y bonos estatales. Comentaba ayer que los CDS, una especie de seguro que compra el inversor ante la deuda que adquiere para cubrirse de un posible impago, habían subido por encima del que exigen a nuestras empresas más internacionales; sin embargo, hoy mismo ha vuelto a subir de 131,9 puntos básicos a 137,3 puntos básicos. Clara señal de que el inversor tiene un claro sentimiento de desconfianza ante la solvencia de España.

Por otro lado el diferencial de bonos, que mide cuanto tiene que pagar en su tipo de interés un país en diferencia con otro para colocar su deuda (conseguir que nos dejen dinero) en el mercado a subido. El diferencial con el bono alemán de deuda pública a 10 años (se contrasta con éste porque se trata de la emisión más importante de Europa de deuda pública) había subido la semana pasada de 100 puntos básicos a 127 pb el día de la comunicación de vigilancia, hoy ha bajado hasta los 119 pb, debido a que los inversores ya contaron con la bajada la semana pasada. Esto significa que si queremos colocar nuestra deuda en el mercado debemos ofrecer por lo menos un 1,9 % de interés por encima del alemán si queremos que resulte atractiva, en plata, que nos sale más caro.

Resumiendo, necesitamos dinero y nos va a salir más caro conseguirlo gracias a que S&P y el mercado consideran que España es poco de fiar, ¿les extraña con los políticos que diriguen y elaboran nuestra política económica?

18 de enero de 2009

El Gobierno de Zapatero, ¿mentiroso o insidioso?

Puede parecer un simple debate linguístico el tildar a nuestro Gobierno de mentiroso o de insidioso, sin embargo, la fina línea que separa la mentira de la insidia es de suma importancia, porque en ella se encuentra que nos hallemos ante dos culpabilidades diferentes.

Nuestro diccionario de la RAE dice respecto del mentiroso:

mentiroso, sa.

1. adj. Que tiene costumbre de mentir. U. t. c. s.

2. adj. Dicho de un libro o de un escrito: Que tiene muchos errores o erratas.

3. adj. Engañoso, aparente, fingido, falso. Bienes mentirosos.



Las acepciones para insidioso recogidas por el mismo son:

insidioso, sa.

(Del lat. insidiōsus).

1. adj. Que arma asechanzas. U. t. c. s.

2. adj. Que se hace con asechanzas.

3. adj. Malicioso o dañino con apariencias inofensivas.

4. adj. Med. Dicho de un padecimiento o de una enfermedad: Que, bajo una apariencia benigna, oculta gravedad suma.


Mientras que el mentiroso lo único que hace es mostrar o decir lo contrario de lo que piensa, sabe o cree, sin ser la mayoría de las veces consciente del daño que va a ocasionar. El insidioso oculta bajo una apariencia afable el conocimiento de un daño de extrema gravedad. No creo equivicarme si tacho, a nuestro gobierno, no de mentiroso, sino de insidioso.

¿Por qué una acusación tan grave? Porque el reconocimiento que realiza el Sr. Pedro Solbes de que nos encontramos ante una de nuestras peores receciones económicas, no es más que la confesión del que ha sido pillado con el paso del tiempo, no con una mentira, sino con un discurso maquillado de bondad para ocultar un cancer maligno en nuestra economía.

Recordemos lo que dijo entonces y lo que confiesa ahora:

- "Estamos lejos de la recesión" (2008) -------- > "El PIB caerá el -1,6%" (2009)
- "No hay problemas para afrontar el desempleo" (2008) -------> "La tasa de paro rozará el 16%" (2009)
- "Habrá un ligero déficit, pero no me preocupa" (2008) --------> "El déficit se disparará al 5,8%" (2009)
- "Hay un exceso de preocupación por la crisis" (2008) ---------> "Este año viviremos los momentos más difíciles" (2009)

Alguien podrá pensar o argumentar en cambio que cuando el Sr. Solbes realizó las declaraciones del 2008 no tenía a su disposición los datos ni las previsiones de las que ahora disponemos. Sin embargo, esa es una excusa vacía, porque Servicios de Estudios Económicos como los de La Caixa, el panel del FUNCAS, el informe del IEE, los outloock del Banco Mundial, el FMI, el Banco Central Europeo y un largo etc. decían todo lo contrario.

Nos extraña luego que Standard & Poor´s quiera rebajar nuestra calificación crediticia, cuando la misma se basa en la confianza del pago de sus deudas por parte del Reino de España, cuando el responsable de nuestras cuentas tiene semejante historial de sinceridad. En la misma línea de confianza, ocurre que los inversores internacionales ven más riesgo de imapgo en el Estado que en nuestras empresas más internacionales, los CDS del Reino de España son más caros que los del BBVA, Santander o Telefónica.

A un mentiroso se le puede culpabilizar simplemente de la mentira, del hecho de haber mentido, sin embargo, al insidioso se le debe culpabilizar no sólo de ocultar la verdad sino de haberlo hecho a sabiendas de que se estaba produciendo un gran mal y se negaba a reconocerlo. Así, este gobierno en pleno debería reconocer en pleno que la actual crisis se le escapa de sus posibilidades y capacidades para gestionar y gobernar. Todos sus planes anti-crisis han sido dardos tirados fuera de la diana, más populistas que eficaces, y visto lo visto en esa presentación de maquillaje que ha sido el Plan E, nos volvemos a encontrar mucho rimel y carmín pero pocas medidas de verdad para sacar a España lo más pronto de esta recesión en la que nos encontramos. Yo propongo la primera: convocar elecciones YA!!!!!!!!!!!!!!!