20 de noviembre de 2011

Ahora que ha ganado el PP...

... debemos aceptar los resultados y esperar antes de juzgar, las medidas que van a tomar. Pero que nadie se engañe, no vamos a salir de la crisis mañana, ni pasado, ni dentro de un mes ni en un año. La oscura etapa que España y Europa vive, no depende de los colores que marcan el arco parlamentario de un país, sino con algo mucho más profundo, se trata de una crisis de valores, de ciertos valores que el Estado del Bienestar ha mengüado y escondido en cada uno de nosotros.

Hablo de valores como la responsabilidad, la aceptación de las consencuencias de nuestros actos, de nuestra capacidad de lucha, sacrificio y previsión, en definitiva, de aquello que los mayores, a veces tan pesados pero muchas veces sabios, llaman madurez.

El Estado del Bienestar nos ha adormilado, haciendo vivir un Matrix donde pensábamos que todo lo que teníamos que luchar y conseguir debía lograrse no mediante trabajo y esfuerzo, sino por derecho otorgado por una especie de Papá Estado. Éste, cual figura paterna de amor infinito, debía darnos sanidad, educación, vivienda, trabajo, vacaciones, calles limpias, etc. y no nos hemos dado cuenta de que eso, llevaba escondido un veneno mortal al igual que en la manzana de que nos expulsó del Paraíso. Hablo del veneno de la inmadurez, de la incapacidad para ser adulto y convertirnos a todos en niños esperando que siempre sea Papá Estado el que nos sacase las castañas del fuego.

Saldremos de esta crisis cuando todos y cada uno de nosotros nos sentemos a reflexionar y pensemos como adultos, no lo que el estado puede hacer por nosotros, sino lo que nosotros podemos hacer para salir de la crisis, sin esperar que nadie, ni siquiera los que hoy han ganado, lo hagan. Y lo que debemos pedirles a todos los políticos y a los ganadores con más insistencia, es que nos dejen la suficiente libertad personal, social y económica para actuar y con ello, acertar o equivocarnos.

Recordar también que aunque el PP haya ganado por mayoría absoluta en las dos Cámaras de nuestro sistema político, no debemos pensar que tienen carta blanca para hacer lo que quieren. La política responsable es un acto individual que se hace colectivo, que parte de la minoría del yo para conectar con personas que comparten nuestras preocupaciones e ideas. Debemos conocer nuestro sistema político, saber como funciona y que mecanismos y resortes tiene para influír en él, pues con ello conseguiremos primero que los partidos no se crean que pueden hacer lo que quieran y segundo, nos permitirá darnos cuenta de que podemos hacer mucho más de lo que nos imaginamos. Se trata de un problema de cultura política que debe ser resuelto también.

Podemos pensar que la política es algo que no va con nosotros, que no nos afecta o que se trata de algo que deben solucionar los demás. En esa actitud, no hay nada de criticable, simplemente hay que aclarar que si se toma, uno debe aceptar las consecuencias y es que decididarán otros por uno. Los españoles y los europeos en general (aunque en menor medida los británicos), únicamente nos preocupa la política cada cuatro años. Los norteamericanos, con muchos defectos como nación, tienen una virtud de la que deberíamos aprender y es que tienen una cultura de la responsabilidad política inmensa, algo que sus políticos saben. Cuando una cosa no les gusta, llaman a su senador, a su congresista, a su representante, llaman a su concejal, a su alcalde, etc. Se movilizan, se reunen, se preocupan y hacen llegar sus preocupaciones y demandas a sus representantes. Tienen un fuerte sentido de la comunidad y de la sociedad civil. ¿Creen qué hacemos algo parecido aquí? No, por supuesto que no, pero lo más preocupante es que nuestros propios políticos no favorecen esos canales porque no quieren que sea así.

Nuestro peor enemigo, como en todo, no son los demás, sino nosotros mismos. Luchemos contra nuestra pasividad política.... si eso es lo que queremos hacer.

3 de noviembre de 2011

Aclarando algunas cuestiones

Ni fascista, ni de derechas, ni conservador, ni progresista, ni anarquista, ni socialista.... simplemente YO, simplemente LIBERAL. ¿Entendido?

Resultado del test de Nolan (hacer test):


Y estas mis respuestas:

Sus respuestas fueron:

  • No debe haber censura de opiniones por parte del Estado en ningún caso.
  • La Iglesia debe autofinanciarse, y estar en igualdad de condiciones con cualquier otra asociación. El Estado debe permanecer laico.
  • El Sercicio Militar debe ser voluntario. Es el mejor modo de tener un ejército profesional y preparado para defender nuestros intereses y compromisos en el exterior.
  • Las leyes no deben entrometerse en las relaciones sexuales entre adultos que consientan, en ningún caso.
  • Deberían legalizarse las drogas, despenalizando su uso y liberalizando su distribución.
  • Las leyes y el poder judicial deben establecer en qué casos se puede anteponer el uso de medidas preventivas de seguridad a ciertos derechos individuales y en qué casos no.
  • Cualquier tipo de imposición o beneficio basado en criterios de sexo, raza o grupo social, viola el principio de igualdad ante la ley, y no debe ser impuesto por el Estado.
  • No debe haber diferencias de derechos en función del lugar de nacimiento o nacionalidad.
  • El Estado no debe intervenir en cuestiones tan personales como la identidad o la cultura. Cada ciudadano debe tener la libertad de usar el idioma que considere.
  • Se contaminaría menos si se estableciesen responsabilidades claras y derechos de propiedad bien definidos con respecto a la contaminación.
  • El Estado no debe limitar el comercio internacional. Éste debe ser libre y los aranceles deben reducirse o eliminarse.
  • Los impuestos deberían reducirse, aunque para ello haya que recortar algunas prestaciones y servicios del Estado.
  • Las pensiones de jubilación son un asunto de ahorro y planificación individual. El Estado no debe exigir contribuciones obligatorias a un sistema público.
  • Las instituciones privadas de caridad deben ser las principales canalizadoras de la solidaridad de la sociedad.
  • Las licencias, permisos y colegios profesionales son trabas innecesarias. El ejercicio de cualquier profesión debe ser libre para cualquier persona cualificada.
  • Los sindicatos deben regirse por las normas aplicables a cualquier otra asociación, y no recibir financiación pública o atribuírseles funciones especiales.
  • Gestionar centros médicos no debe ser una función del Estado. Los centros médicos deben ser privados, y los ciudadanos ser libres de contratar el seguro médico que prefieran.
  • El Banco Central debería reducir sus competencias, y los bancos comerciales ser todos de carácter privado.
  • Las Grandes Superficies son empresas como cualquier otra. Tienen derecho a competir libremente en el mercado, sin restricciones en sus horarios o precios.
  • Los contratos laborales deben gozar de más libertad de cláusulas entre las partes. La legislación debería interferir menos en materias puramente contractuales, como su duración o causas de rescisión.

2 de agosto de 2011

Aprender de economía cantando rap (II)

Hace unos meses me topé con una de las mejores ideas para difundir auténticas lecciones de economía en forma de rap. Hoy les traigo la segunda parte y como entonces, no puedo más que descubrirme ante estos genios con mayúsculas. ¡Espero que lo disfruten!

"La economía no es un coche, no hay un motor que se detenga. Ningún experto puede arreglar "esto" porque no hay ningún "esto" en absoluto. La economía somos nosotros, no necesitamos ningún mecánico. ¡Aparta las herramientas, la economía es algo vivo!"
F. A. Hayek.

28 de julio de 2011

Sobre franceses, griegos, alemanes y una verdad.

Lamentablemente no soy adivino y no puedo decir lo que el futuro nos va a deparar, algo que muchos economistas deberían hacerse mirar en su empeño por ser más futurólogos que científicos sociales. Pero intentaré sacar un poco de luz a este tema y ofrecer mi humilde opinión.
Y comenzaré diciendo que a Alemania y a Francia Grecia, Irlanda y Portugal le importan más bien poco ya que su verdadera preocupación son la S y la otra I del término PIGS, es decir, España e Italia. Bajo el discurso de lo correctamente político, el intento de salvar las economías de los países rescatados y el euro con un cierto halo de entes bondadosos rascándose el bolsillo por el bienestar de sus compañeros europeos menos afortunados me parece más bien falso; Alemania y Francia de lo que verdaderamente tienen miedo es del contagio. Podemos usar el símil de un hospital donde tenemos unos enfermos graves o muy graves (Grecia, Irlanda y Portugal) que comparten habitación con dos más que no es que estén tan graves, pero su salud no es muy óptima. Los médicos (Alemania y Francia), intentan curar a los enfermos de esa dolencia rara que no son capaces de controlar, pero lo que no quieren bajo ningún modo es que caigan también los otros dos (España e Italia), porque saben que si esos caen, ellos también. Tienen miedo.
Los datos de la siguiente tabla hablan por sí solos:



Fuente: Goldman Sachs con criterio de la EBA (cálculos realizados por el autor).

De los 131.900 millones de euros que los países “periféricos” deben a los bancos alemanes y franceses, el total de los tres países rescatados alcanza la cifra de 27.500 millones, es decir, un 20,8 % del total; mientras que España e Italia suponen un total de 104.400 millones de euros, un 79,2 % del monto total. ¿De verdad que si nosotros fuésemos los presidentes de Alemania y Francia nos preocuparían los tres enfermos graves? De ahí que Merkel y Sarkozi llamasen en su momento por teléfono a sus homólogos Zapatero y Berlusconi para rendir cuentas.
Alemanes y franceses están más preocupados de demostrar a los mercados que el contagio no irá más allá, de ahí las prisas y el carácter de urgencia por hacer firmar a Grecia un nuevo rescate; de recordar al BCE (contrario a la fórmula que se proponía de ayuda) que el tema no era Grecia, sino España e Italia; y dejar claro a aquellos que están apostando por un rescate de éstos dos últimos países, que se equivocan. La salud de su economía le va en ello.
La pregunta que nos debemos hacer ahora es: ¿han acertado con las medidas propuestas para frenar el contagio? La respuesta del mercado es NO. El plan de ayuda griego se compone de dos partes básicamente:
  1. Por un lado, una nueva aportación de 159.000 millones de euros que se dividen en 109.000 de carácter público y 50.000 de carácter privado. Los 109.000 millones de aportación pública serán efectuados entre la U.E. y el FMI; los 50.000 millones privados se componen de unos 37.000 millones de carácter voluntario y 13.000 en recompra de deuda griega.
  2. Por otro lado, se suavizan las condiciones de la anterior ayuda, rebajando el tipo de interés de un 4,5 % a un 3,5 % y ampliando el plazo de pago de 7,5 años a un mínimo de 15 y un máximo de 30 años.
El problema es que las agencias de calificación avisaron y de hecho lo están haciendo, que considerarían este plan como un impago parcial (“selective default”) y los mercados también lo han tomado así. Se ha ganado tiempo, pero no se ha puesto solución al problema griego, porque lo que los mercados realmente quieren oír es la solución definitiva, es decir, una reestructuración de la deuda griega con quita, lo que supone que algunos de los tenedores de deuda griega tendrán que asumir pérdidas. Y ello supone reconocer por parte de las autoridades comunitarias, el fracaso de su intento por salvar la estabilidad del euro y lanzar una imagen de “todo puede pasar”.
Personalmente creo que Grecia no será capaz de pagar las deudas contraídas, no por falta de voluntad, sino porque su economía no tiene la capacidad para hacer frente a ella. Las lacras de un sobredimensionado sector público que ha tenido intervenido el mercado heleno de una forma brutal e ineficiente, un mercado laboral rígido, una estructura empresarial centrada en el sector servicios (turismo básicamente) y agrícola y la necesidad de altas tasas impositivas para recortar el déficit y la deuda, impiden que se puedan generar flujos suficientes para crear riqueza y pagar lo adeudado. Grecia está abocada al default por mucho que la UE no lo quiera reconocer, pero los mercados lo saben y únicamente desconocen el momento.
¿Y luego qué? Solo el espagueti volador lo sabe….

23 de julio de 2011

Sexto aniversario

¡Seis años ya! Jamás pensé que el blog duraría tanto y que tanta gente estaría interesada en las cosas que escribo. Es cierto que el blog últimamente está algo parado, porque otros están más activos y un nuevo proyecto está en pañales, pero prometo volver en breve.

¡Gracias a todos los que pierden unos valiosos minutos de su vida en leerme! ¡Y mil gracias a los que a mayores, deciden comentar y enseñarme con sus ideas!

19 de mayo de 2011

Indignados

Mal vamos si fundamentamos, si establecemos como cimiento de nuestro futuro edificio un sentimiento como la indignación. Según la RAE, indignación es "Enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o contra sus actos." Si queremos entender por completo el significado, debemos comprender también el significado de "vehemente" y volviendo al diccionario de la RAE, leémos sus tres acepciones:

"1. adj. Que tiene una fuerza impetuosa. Un discurso vehemente.

2. adj. Ardiente y lleno de pasión.

3. adj. Dicho de una persona: Que obra de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos."

Es decir, que frente a los problemas que se nos plantean, debemos optar por una respuesta pasional, ardiente, irreflexiva, llevada por los impulsos, etc. Pues permítanme decir que no, que ese no es el mejor camino.



La indignación es un sentimiento negativo fruto de la dejadez, de la actitud pasiva, la despreocupación y la falta de implicación. Nos indignamos cuando permitimos, como en todo sentimiento negativo, que algo externo nos afecte, y nosotros somos los responsables últimos de ese sentir. Hemos permitido que lo que nos ha indignado nos haya vencido.


Están los indignados así por culpa de la clase política, los banqueros, el sistema y demás, pero realmente los culpables no son los linchados, sino los propios indignados. Durante un tiempo, cada vez que uno de los que ahora están siendo culpabilizados obraron de una forma determinada, y los que ahora se quejan, no hicieron nada, simplemente callaron y asumieron. A lo mejor, alguno se molestó un poco, pero no mucho y pensó, para la siguiente como vuelvan a hacer lo mismo reacciono, pero no lo hizo. ¡TODOS HEMOS SIDO, SOMOS Y SEREMOS RESPONSABLES DE UNA SITUACIÓN!


Las acusaciones de mentirosos, falsos, hipócritas, corruptos, irresponsables, poco profesionales, estafadores, etc. se lanzan y entrecruzan pero, ¿son fruto de ahora?, ¿hemos descubierto hoy que ellos, los supuestos culpables son así? o, por el contrario, ¿les hemos permitido su juego sin molestarlos mucho? Cuantas veces hemos oído en muchos de los jóvenes que ahora están concienciados al cien por cien en Sol y otras ciudades, aquello de que la política no iba con él, que era apolítico, que él pasaba de esos temas y no le preocupaban. Nosotros, con nuestra actitud pasiva, con nuestra falta de compromiso, con una personalidad nada proactiva, es decir, con una ausencia insultante de RESPONSABILIDAD sobre nuestros hechos, hemos sido los mentirosos, falsos, hipócritas, corruptos, irresponsables, poco profesionales, estafadores, etc.


Ayer no y sin embargo, ahora sí, ¿por qué? Porque nos hemos dado cuenta de que nosotros somos los culpables, por eso nos indignamos. El niño pequeño se enfade cuando se sabe culpable, aunque no lo reconozca. El problema está en que seguimos sin querer asumir un hecho fundamental para todo acto, sus CONSECUENCIAS. El Estado del Bienestar en el cual hemos dormitado en sueño de los ilusos, nos ha convertido en seres que esperan que las soluciones lluevan cual maná divino y, sino es así, nos indignamos.


Y las soluciones que estamos dando al problema de raíz de todo, el ESTADO, es crear más estado: queremos más regulaciones, es decir, que nos vigilen más, que nos digan con más fuerza lo que tenemos que hacer; más impuestos para darnos aquello de lo que nos creémos merecedores por algún extraño derecho divino; el igualar por envidia y por abajo, no fomentar el espíritu crítico y la competitividad. Durante años escuché que debería el estado cuidar de los ciudadanos: decirnos lo que comemos, lo que bebemos, lo que debemos o no debemos correr con nuestro coche, lo que es cultura o no. "Deberían prohibir la comida basura para erradicar la obesidad", "prohibir el tabaco", "tener todos lo mismo", etc. Estamos pidiendo más de todo pero menos LIBERTAD, porque en el fondo sabemos que la libertad significa ser CONSECUENTE y aceptar las RESPONSABILIDADES, como bien indica Eduard Punset: "La infelicidad es el peaje de nuestra libertad".

Tengo un sentimiento encontrado, dividido con esta manifestación de malestar social. Por un lado, comparto la ilusión y la esperanza de un despertar hacia la madurez, de alcanzar por fin una cultura política de verdad  pero, por otro lado, temo que este movimiento se esté moviendo sobre aguas pantanosas y peligrosas que deriven hacia soluciones que, en vez de solucionar el problema, lo aumenten.

22 de abril de 2011

Llenar el vacío con nuestro cerebro.

Manuel Mandianes nos trae un artículo en El Mundo, publicado hoy, con el título de “Semana Santa y posmodernidad”. En él, el autor defiende que “La falta de generosidad y valor, el fanatismo que amenaza a la sociedad desde fuera y el nihilismo que la amenaza desde dentro, son características de la posmodernidad que cifra la felicidad y la dicha en la riqueza, el éxito y el triunfo porque los considera únicas fuentes de placer.” Los grandes males morales y éticos de nuestra sociedad, característicos de la época posmoderna que vivimos tienen su origen en la pérdida de Fe, de la existencia de un hueco espiritual que no somos capaces de rellenar con algo satisfactorio, “La desorientación y el desamparo en que vive la posmodernidad tienen mucho que ver con la falta de un gran relato envolvente y totalizante”, en palabras del autor. Y ello ocasiona la “ansiedad de mucha gente de hoy (que) se traduce en miedo, terror, angustia, inquietud y locura”.

Comparto con el Sr. Mandianes que la posmodernidad y las teorías que la sustentan, acabaron con los grandes relatos de la Ilustración proponiendo a cambio la nada, un vacío ideológico y un relativismo extremo. Sin embargo, no creo que la solución a los problemas de la posmodernidad sea una vuelta a la religión entendida como la defiende el autor.

Para Manuel Mandianes, se hace necesario una vuelta a los ritos, cristianos sobre todo, una vuelta a los fundamentos morales y éticos de la religión. Los males actuales son causados por desterrar el gran relato religioso, cristiano para más señas, el cual deja al individuo sin guía, sin significado, sin camino que recorrer. Vacíos por tanto de valor religioso es normal, según el autor, que se busquen otros valores menos espirituales y más mundanos y cuestionables como los que enuncia al principio: éxito, riqueza, sexo y otros muchos que, como son incapaces de llenar satisfactoriamente ese hueco dejado por la Fe, aboca a una búsqueda constante de los primeros. Todos queremos más éxito, más riqueza, más sexo y nada de lo que tengamos es capaz de cumplir nuestras expectativas.

Yo no creo que la búsqueda de éxito, dinero o sexo sea un problema siempre y cuando, claro está, no se rompan una serie de reglas establecidas para su consecución o causen infelicidad en el individuo que intenta lograrlos. La penalización de estos objetivos no es algo nuevo en el cristianismo, que siempre ha impuesto la austeridad frente a la abundancia, el rebaño al individuo. Otra cosa sería el protestantismo, como tan ejemplarmente explicó Max Weber en su ya centenaria obra, “La ética protestante y el espíritu capitalista”, obra inaugural y cumbre de la sociología. Tampoco el comunismo es muy partidario de esas metas tan mundanas, donde antepone lo comunal a lo personal, con las consecuencias que todos conocemos.

Parece ignorar el Sr. Mandianes que la libertad económica, la libertad sexual y la lucha contra la pobreza tienen parte de su origen, en la lucha contra la religión y la libertad religiosa de las revoluciones liberales de la Ilustración. Cuando la religión ocupaba en centro de lo cotidiano, como ocurría en el feudalismo y la Edad Media; el éxito o la riqueza pertenecían a unos pocos y entre esos elegidos, se encontraban las jerarquías eclesiásticas. Por no hablar, de la censura y las prohibiciones sexuales que se imponían y que gracias a esos ritos de paso que defiende el autor, servían para aumentar el poder y la influencia de la Iglesia sobre los individuos al controlar los momentos más importantes para una persona: su nacimiento, su boda, su muerte, etc. Por supuesto, tampoco ese período tan religioso y álgido para la Fe, supuso un tiempo donde ansiedad, miedo, terror, angustia, inquietud y locura fuesen menores, todo lo contrario.

La única forma eficaz de frenar esos sentimientos y sensaciones tan negativas (miedo, angustia, etc), nos la ha dado la ciencia, sobre todo la neurociencia. Y con ello, la importancia de la educación. Los científicos llevan los últimos años descubriendo que lo que nos provoca miedo es el cambio, que no somos felices porque somos incapaces de disfrutar del trayecto, que nuestro cerebro está programado para no estar programado y que, la tarea más importante que tenemos por delante, es aprender a desaprender. Ello no supone desterrar a la religión, todo lo contrario, sino colocar la felicidad en nuestro cerebro y no hacerla depender de dogmas de ningún tipo.

28 de febrero de 2011

Lección de economía, pero de las de verdad.

Escribía hace poco sobre las características del sistema financiero que tenemos en la actualidad. Por mucho que yo intente desgranar los secretos de la economía, el Catedrático de Economía  Jesús Huerta del Soto tiene la virtud de la sencillez y la claridad. ¡Ojalá este vídeo lo viesen en todas las Facultades de Ciencias Sociales y todos aquellos que siguen pensando que la actual crisis es culpa del mercado!


15 de febrero de 2011

Defendiendo un modelo de Caja de Ahorros

No creo que se pueda acusarme de partidista o corporativista en un asunto como el de las Cajas de Ahorro, pues no es el primer artículo que se publica en este blog cuyo tono al respecto, fue claramente crítico. Recuerdo así la crítica a la integración forzada de las cajas gallegas e incluso al funcionamiento del sistema bancario actual bajo el modelo de reserva fraccionaria (el sistema bancario y sus implicaciones I y II). Asi que considero oportuno, después de haber repartido arena, dar una de cal al sector.

Quiero dejar claro antes de nada que el modelo de gestión de las Cajas de Ahorro necesita cambios, por supuesto, y el primero y más importante de ellos es la total independencia de los poderes polítcos en sus Asambleas y Órganos de Gobierno. No puede consentirse que una entidad financiera sea el instrumento de financiación para todas las medidas que desde los Gobiernos Autonómicos, Diputaciones y Corporaciones Locales se impulsan. En un momento donde el control del Gasto Público y la reducción del deficit es una de las principales tareas que se deben llevar a cabo, las Comunidades Autónomas han aprovechado su influencia sobre las Cajas para seguir aumentado su deuda. Ello ha originado, en parte, la dura respuesta por parte del Gobierno Central para desarticular las fuentes de financiación autonómica y controlar el desproporcionado nivel de deuda de las Autonomías. Sin embargo, antes de nacionalizar y convertir en Bancos a las Cajas de Ahorro, habría que analizar el papel que éstas últimas cumplen con su Obra Social, para ver si tal conversión es un beneficio o por el contrario, supondría una merma o pérdida importante.

A datos del 2.009, el volumen de fondos destinados a la Obra Social fue de 1.775.926.000 de euros, algo inferior al año 2.008, producto claro de la crisis que estamos sufriendo. Pero debe destacarse que el montante dedicado a la misma no dejó de crecer a ritmos espectaculares en los años precendentes:


Evolución de los fondos destinados a Obra social


El reparto en el año 2.009 a las diferentes áreas que componen la OBS fue:
  • Cultura y Tiempo Libre: 588.744.000 €
  • Asistencia Social y Sanitaria: 725.665.000 €
  • Educación e Investigación: 182.122.000 €
  • Patrimonio Histórico Artístico y Natural: 154.000.000 €
Destacando proyectos e inversiones como:
  • El Colegio Especial "Isterria" para niños especiales de la CAN (Caja de Navarra), dentro de la actual Banca Cívica.
  • El Instituto Oncológico de San Sebastián de Kutxa.
  • El programa "Vitalalquiler" con una bolsa de viviendas en alquiler para jóvenes de Vital Kutkxa.
  • La exposición "Sorolla. Visión de España" de Bancaja y que sólo en Madrid disfrutamos casi un millón de personas.
  • El Festival Internacional de Cine de Huesca de la CAI.
  • El programa "CAM Agua" de la CAM para sensibilizar en el consumo responsable del agua entre escolares.
  • La restauración del Antigio Conservatorio María Cristina de Málaga llevado a cabo por Unicaja.
  • La rehabilitación del Teatro Colón en A Coruña por Caixa Galicia, ahora Novacaixagalicia.
  • Los programas de colaboración con UNICEF en la educación infantil en África o la Residencia de Estudiantes de Caixanova (actual Novacaixagalicia).
 Si analizamos el impacto económico que supone la inversión en Obra Social de las Cajas, comprobamos que los 1.596 (en millones de euros) suponen un 0,14% del PIB nacional ( a datos del 2.009). Además, supusieron un flujo económico de 2.953 millones de euros, provocando un efecto multiplicador del 1,85 y siendo capaz de provocar una creación de riqueza cercana al a un euro por euro invertido. Esto ha permitido la generación de 33.594 empleos directos e indirectos. Sin embargo, lo más salientable de estas cifras, de por sí significativas, es que se llevan a cabo a nivel territorial, ya que la gran mayoría de las cajas de ahorro y su correspondiente obra social se encuentran muy vinculadas a sus zonas de origen.

Creo firmemente por ello, que el modelo de caja de ahorro es necesario y tiene hueco en el mercado, siempre y cuando las propias entidades implicadas sepan deshacerse de los handicaps que lastran su competitividad e impiden una gestión más profesionalizada de las mismas.

5 de enero de 2011

El sistema bancario y sus implicaciones (y II)

En la anterior entrada, intenté explicar de forma sencilla el papel de las entidades bancarias, los bancos centrales, además de una breve aproximación a la política monetaria. En el presente artículo expondré mis opiniones sobre el sistema de reserva fraccionaria que regula el actual sistema financiero y sus implicaciones sobre la economía.

Recordar previamente que un sistema de reserva fraccionaria significa que los bancos únicamente tienen la obligación de mantener en sus reservas un 2% del dinero depositado a la vista por sus clientes, mientras que el 98% restante puede disponerse libremente. El origen de este mecanismo se encuentra en la Ley de Peel de 1844 (Peels Bank Act), aprobada por el entonces Primer Ministro del Reino Unido Robert Peel, en la cual se establece como obligatorio un coeficiente de caja del 100% en oro a los bancos privados respecto a la emisión de papel moneda (patrón oro), pero cometiendo el tremendo error de olvidarse de aplicar la misma directiva a los depósitos. Ello posibilitó el desarrollo y extensión de la reserva fraccionaria y la expansión del crédito. Sin embargo, también permitió la creación de uno de los mayores problemas del sistema bancario actual: los bancos centrales. En palabras del Catedrático Jesús Huerta del Soto: "la Ley de Peel de 1884 [...], respaldó la creación de un sistema de banca central que, posteriormente, y sobre todo por culpa de la negativa influencia de teóricos de la escuela bancaria como Marshall y Keynes, terminó siendo utilizado como respaldo de las erróneas teorías de estos prestigiosos economistas, para justificar e impulsar unas políticas de descontrol monetario y desmán financiero mucho peores que aquellas a las que originariamente se pretendía poner remedio." (HUERTA DEL SOTO, J. 1994, 133).

La creación de este tipo de entidades supone ir contra la natural evolución del sistema bancario y permite dar rienda suelta a "un acto ilegítimo de apropiación indebida" (HUERTA DEL SOTO, J. 1994, 133).  Ya que el depósito es una custodia, contrato jurídico que supone "la obligación de tener siempre a disposición del depositante una cantidad igual a la recibida..." (GARRIGUES, J. 1975, 365) Ya que actuarán como responsables en última instancia de la mala gestión de banqueros irresponsables. Como relata el profesor Huerta del Soto: "Esto sucedió, en un primer momento, de una manera vergonzante y secreta, pues todavía se tenía por parte de los banqueros la conciencia de un mal proceder; y sólo posteriormente los banqueros consiguen que la violación del principio tradicional del derecho se efectúe de una manera abierta y legal, cuando felizmente obtienen del gobierno el privilegio para utilizar en su propio beneficio el dinero de sus depositantes (generalmente en la forma de créditos muchas veces concedidos, en un primer momento, al propio gobierno). De esta manera se inicia la relación de complicidad y la coalición de intereses que ya es tradicional que exista entre gobiernos y bancos, y que explica a la perfección las relaciones de íntima compresión y cooperación que existen entre ambos tipos de instituciones y que hoy en día se aprecian [...]. Y es que los banqueros pronto se dieron cuenta de que la violación del principio tradicional del derecho mencionado daba lugar a una actividad financiera altamente lucrativa..." (HUERTA DEL SOTO, J. 1994, 136-137)

El papel pernicioso de los bancos centrales se entiende mejor cuando se explica, además, su culpabilidad en los ciclos económicos de auge y caída que desde su creación, viene padeciendo el sistema. Recordemos que el sistema de reserva fraccionaria permite la expansión crediticia y que, además, los propios bancos centrales controlan la política monetaria, sobre todo a través de los ajustes en el tipo de interés. Pongamos un ejemplo real.

En el año 2.001, el atentado de las Torres Gemelas provoca una caída económica que acaba afectando a las empresas punto com. Para evitar una caída del consumo, pues cuando el consumidor ve que se avecinan malos tiempos aumenta su ahorro, el banco central decide bajar los tipos de interés por lo cual: a) no resulta tan atractivo ahorrar, debido a la baja remuneración del interés que nos ofrecen; b) aumenta la masa monetaria en circulación, debido a que los bancos pueden financiarse de forma mucho más barata en los mercados inter-bancarios.

Estas medidas buscan mantener o aumentar el consumo privado, para no hacer peligrar la producción y por tanto el crecimiento económico.  Pero de forma adulterada, claro está.

Los clientes de los bancos comprueban que realmente ahorrar no sale tan a cuenta y que, invertir sus ahorros en otros activos o bienes es más lucrativo que ese 1% que le ofrece su banco, por lo que acaba retirando todo o parte de sus ahorros. Las entidades bancarias ven como se reducen una de sus vías de negocio (el pasivo en jerga del sector) y que deben buscar otra forma de crecer vía prestamos (vía activo). Debido a que contar con dinero para prestar sale muy barato porque los tipos de interés del banco central están muy bajos, permite ofrecer préstamos y créditos a sus clientes a tipos muy atractivos para que inviertan sus ahorros de forma más rentable. Este mecanismo se ve aumentado por el sistema de reserva fraccionaria, ya que a los bancos no les interesa tener mucho dinero en las arcas del banco central, que les ofrece un tipo también muy bajo, por lo tanto, mantienen el coeficiente de reserva legal mínimo exigido, el 2%.

Esto provoca una auténtica borrachera de dinero fácil para invertir y realizar proyectos.  La ecuación de que ahorro es igual a inversión no se ve tan clara, porque está claro que se ha multiplicado el dinero pero no mediante ahorros reales, sino gracias al mecanismo de la reserva fraccionaria.

Es esa financiación sin ahorros reales lo que distorsiona la señal de los inversores, empresarios y particulares. Algo que explica a la perfección la Teoría Austriaca del Ciclo Económico. Expuesta y resumida de manera brillante, como no, por el profesor Huerta del Soto, es un extracto largo, pero les aseguro que merece la pena:

" Y es que los cambios monetarios jamás son neutrales. Cuando se crea determinada cantidad nueva de dinero, ésta siempre entra en la economía por un punto muy concreto; se gasta primero en determinados bienes y servicios y sólo después, lentamente, se van extendiendo sus efectos por el resto de la estructura productiva. Esto implica que determinados precios se verán afectados antes que otros, modificándose la asignación de recursos como consecuencia de ello. En efecto, gracias a la llegada del nuevo dinero, determinados empresarios que habrían obtenido pérdidas, obtienen beneficios, y muchos trabajadores, que no habrían encontrado trabajo en determinados sectores, se ven fácilmente empleados en los mismos; además, se crean nuevos tipos de negocios, ampliándose las instalaciones ya existentes.

Generalmente, el nuevo dinero llega al mercado previa reducción artificial de los tipos de interés, dentro de una política de clara expansión crediticia. La baja del tipo de descuento y las mayores facilidades crediticias, lógicamente, incrementan los gastos de inversión en relación con los gastos de consumo, distorsionando todos los indicadores que guían a los empresarios, y en especial la rentabilidad relativa del capital invertido en cada una de las etapas o fases en que, para los austriacos, está dividida la estructura de la producción. Tales etapas representan los sucesivos procesos productivos interrelacionados que, desde los bienes de orden más superior a los más próximos al consumo, existen en la realidad; se combinan en las mismas los más heterogéneos bienes de capital que se van produciendo con los factores originarios (tierra y trabajo), para dar lugar a bienes de capital más elaborados, y, en última instancia, tras la necesaria espera, a bienes de consumo.

Lo que está claro es que, como consecuencia de los reducidos tipos de interés, aparecen ahora como beneficiosas inversiones que antes no lo eran. Que el incremento relativo de los gastos de inversión hace aumentar el precio de los factores productivos, con lo que tienden a adoptarse métodos de producción menos intensivos en trabajo, notándose un incremento en la demanda de muchos recursos naturales. Simultáneamente, se reducen los beneficios en las industrias de bienes de consumo (que ven sus costes aumentar sin que ocurra lo mismo con los precios), comenzando un trasvase de factores productivos de las mismas hacia las industrias de bienes de capital. Tal trasvase debe continuar durante un periodo de tiempo bastante prolongado, si es que se quiere terminar algún día, con la nueva estructura productiva más capitalista recién comenzada (ha de recordarse que una máquina cuya utilidad depende de que se produzcan otros bienes de capital que son necesarios para su uso deviene inútil si por falta de recursos éstos no llegan a producirse).

Sin embargo, pronto la demanda de bienes de consumo comienza a aumentar, como resultado del incremento de las rentas percibidas por los factores de producción (motivado a su vez por el dinero inyectado en el sistema y que ya va llegando a los mismos). Los consumidores no tienen por qué haber modificado apreciablemente la proporción en que desde el principio distribuían sus ingresos entre bienes presentes y futuros, haciéndose evidente un alza generalizada en los precios de los bienes de consumo motivada por: a) el natural efecto de la llegada de las nuevas disponibilidades monetarias al sector, cuya demanda por ello se ve incrementada; y b) por el hecho de que el flujo de la oferta de bienes de consumo, lógicamente, tiene que disminuir por un tiempo, en cuanto comience el alargamiento de los procesos productivos, y mientras se complete la nueva estructura más capitalista; no sólo porque se retiran recursos de los sectores más próximos al consumo, sino porque además se dedica una gran parte de los mismos a inversiones que sólo después de mucho tiempo empezarán a producir sus resultados.

El alza de los precios, así creada en el sector de bienes de consumo, produce unos efectos totalmente opuestos a los ya descritos para la expansión crediticia: los beneficios de las industrias más próximas al consumo comienzan a elevarse, mientras que decaen los correspondientes a los sectores de bienes de inversión. Los bienes de capital que empezaron a producirse teniendo en mente una estructura productiva muy capitalista han de readaptarse, si ello es posible, a otra que lo es menos (y por tanto que es más trabajo-intensiva, como es lógico, si se tiene en cuenta que el alza de precios de bienes de consumo supone una reducción de los salarios reales). Y, en general, comienza el traslado de los factores productivos de la inversión hacia el consumo, apreciándose grandes pérdidas en los sectores más capitalistas (construcción, astilleros navales, etc.), que sólo son rentables para bajos tipos de interés, y que se ve ahora se desarrollaron con exceso. En suma, ha llegado la depresión económica por falta de recursos para completar unos cambios en la estructura productiva demasiado ambiciosos; depresión que se manifiesta externamente por la existencia de un exceso de producción en los sectores de inversión y una escasez de la misma en los más próximos al consumo." (HUERTA DEL SOTO, J. 1994, 165-1667).

¿Les suena de algo todo lo descrito en las líneas anteriores?

BIBLIOGRAFÍA:

HUERTA DEL SOTO, JESUS (1994): Nuevos estudios de Economía Política. Segunda Edición. Nueva Biblioteca de la Libertad. Unión Editorial. Madrid.

JOAQUÍN GARRIGUES (1975): Contratos bancarios. Segunda Edición. Madrid.