27 de agosto de 2009

Lección de economía: ¡Quiero mi dinero!

The West Wing (El ala oeste de la Casa Blanca) es una de las mejores series de los últimos tiempos, como tal fue maltratada por TVE constantemente (¡que raro!, si el ente público trata muy bien todas las grandes series). En fin.

La serie está llena de escenas memorables tanto por la agilidad de los guiones, las interpretaciones, la dirección y los temas tratados. Hoy les traigo una escena donde Josh Lyman (Ayudante del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca), discute con Donna Moss (Ayudante Especial del Ayudante del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, arf arf, casi me quedo sin aliento) sobre economía. En dos minutos tienen un resumen estupendo sobre dos posturas económicas: el socialismo y el liberalismo. ¿Se atreven a decir quién defiende una y quien defiende otra?



26 de agosto de 2009

Chomsky, Chávez: el idilio bolivariano.

Dos grandes pensadores franceses de los cuales se han hecho reseñas en este mismo blog, Raymond Aron (I y II) y Jean François-Revel, reflexionan sobre la influencia y el encantamiento que las ideas socialistas han ejercido sobre muchos intelectuales.

R. Aron en "El opio de los intelectuales" nos habla del "encantamiento" del ciertas ideologías (marxismo) de la cuales, los intelectuales, parecen ignorar las consecuencias de tal adhesión. Explica que ello se debe a que esas formas de pensamiento se revisten de un aura poética, como escribo en el primer post que dedico al sociólogo francés:

"La crítica al marxismo vulgar lleva a Aron a exponer la necesidad de diferenciar lo prosaico" de lo "poético" (ideas que desarrolla en sus Memorias cuando escribe sobre las intenciones de su obra "El opio de los intelectuales"). Kimball recoge muy bien esas intenciones de Aron. "Aron escribió (en sus Memorias) que en El opio de los intelectuales había tratado de "bajar la poesía de la ideología al nivel de la prosa de la realidad." . Lo que Aron llama el "Mito de la Revolución" (como el "Mito de la Izquierda" y el "Mito del Proletariado") resultaba tan seductor precisamente por su atractivo "poético": inducía la ilusión de que "todo es posible", de que todo... puede ser completamente transformado en el fiero crisol de la actividad revolucionaria. Combinar la doctrina de la inevitabilidad histórica -- la monstruosa idea que Marx recogió de Hegel -- con el Mito de la Revolución era una receta para la tiranía política. ¿Qué importa la liquidación de los kulaks frente al necesario despliegue de la Dialéctica?" (cita extraída de ROGER KIMBALL (2002): Lives of the Mind, the use and abuse of intelligence from Hegel to Wodehouse. Ivan R. Dee Publisher. Chicago. pág. 9)"

Ese ignorar las consecuencias se refleja claramente en Noam Chomsky cuando afirma feliz: "ver en Venezuela como se está construyendo ese otro mundo posible y ver a uno de los hombres que ha inspirado esta situación" (Libertad Digital).

Osea que el intelectual estadounidense se alegra de ver como desfallecen las libertades y los derechos individuales en Venezuela, está feliz de ver como se acosa a la libertad de prensa, a la oposición política, a las empresas extranjeras y a toda persona contraria al régimen que ha instaurado en el país Hugo Chavez. Como los enamorados, es incapaz de ver los aspectos negativos del nefasto plan revolucionario bolivariano.

Decía el gran Revel: "El intervencionismo imperialista de Occidente era mal visto incluso dentro de las propias sociedades occidentales, ya que se acusaba tales intervenciones de favorecer una posible guerra nuclear. Sin embargo, los juegos de poder soviéticos no eran cuestionados e incluso eran vistos como auténticos procesos de libertadores por parte de la opinión pública occidental. Ahí están Afganistán, Angola, Cuba, Etiopía o Vietnam." Hoy podríamos hablar de China, Rusia o la propia Venezuela.

Así mientras que para Chomsky el principal pecado de los USA es su imperialismo, no merece tal calificativo la política intervencionista de Chávez en Colombia, Chile, Perú, etc. Tampoco el apoyo económico brindado a sus acólitos como Evo Morales, Rafael Correa o Daniel Ortega para vencer en las elecciones de sus respectivos países.

Me pregunto también si el como profesor e intelectual está de acuerdo con el plan de culturización (bolivariano, claro está) que pretende establecer gobierno venezolano. Me gustaría saber si aceptaría la censura de algunas lecturas y la selección por parte del Gobierno americano de una bibliografía recomendada y fomentada con claros fines político-ideológicos.

¿Será de verdad amor lo que siente Chomsky? Yo creo que no. Personalmente opino que como todo buen intelectual de izquierdas que vive en Occidente, y no en los regímenes socialistas que tanto admiran, es un cínico, un falso y un hipócrita. De amor nada, lo que hay es un claro interés en la publicad y el ego personal. Chomsky tiene en Chávez a su mejor publicista literario, y lo sabe. Sabe que el presidente venezolano ha logrado aupar a las listas de los libros más vendidos, incluso en los USA, y está dando a conocer la misma en los países latinoamericanos, sobre todo los próximos al movimiento bolivariano.

Así, para el intelectual del MIT la visita se trata de una auténtica gira de promoción de su obra, mientras que para Chávez se trata de demostrar que también existe una clase intelecutal y formada que apoya su proyecto, en contra de los intelectuales que anteriormente se habían mostrado totalmente críticos como Mario y Álvaro Vargas Llosa o Apuleyo Mendoza. No hace falta nada más que ver como se recibe a uno y se recibió a los otros.