"Yo represento para ti todos los pecados que no has sido capaz de cometer." Lord Henry,
El retrato de Doriam Gray de Oscar Wilde
Da igual que gane el si o el no, no hay bando ganador, todos somos perdedores a dia de hoy. Perdedores porque hemos asistido a una de las peores demostraciones del uso de la democracia en este país y solo, lamentablemente, la tergiversación que se da en otros países como Venezuela, no nos permite aspirar a la cima del podium por muy poco. La plata en esta ocasión, quizás no tenga ese sabor tan amargo que suele tener en otros terrenos más deportivos.
Pocas veces he asistido en el circo de unas elecciones, a un nivel tan despreciable, pobre y ofensivo para el ciudadano por parte de los políticos de todos los partidos. Ya no es el hecho de convertir lo que son en sí unas elecciones a formar el parlamento autonómico de una comunidad, en un plesbiscito sobre la independencia, lo cual es usar un martillo para atorinllar; sino también el uso de un discurso del miedo, el desprecio, el insulto, la vanalidad, la ignorancia por bandera y la bravuconería por himno. E insisto, lamentablemente, por parte de todos los candidatos.
Aristóteles afirmaba aquello del animal político, pero aquí, dados a verter nuestra esencia a todo, lo hemos convertido en el político animal, de donde han salido a la palestra las más bajas pasiones humanas. La cita que encabeza este artículo lo dice todo, ellos representan para todos nosotros, los pecados que no hemos sido capaces de cometer, pero que estamos desando llevar a cabo. Por eso los permitimos, por eso le seguimos el juego. Otra cita de la obra mencionada de Wilde dice "Hay cosas peores que la derrota", es cierto, es el escenario que queda después de ella. Un escenario dividido, tragicómico, que rezuma como la herida pestilente y putrefacta un pus de rencor, odio e incomprensión. El rey Salomón decidió partir en dos al recién nacido para saber quién era la madre, pero en nuestro cuento las dos madres se han callado y han preferido quedarse cada una con su parte de infante muerto. Así, ambas pueden decirle a sus votantes que cada una de ellas ha ganado.
Quizás hayamos perdido el hoy, pero nos queda el mañana y ese futuro debemos empezar a construirlo, paradojicamente, hoy. Porque ahora, entre el pasado y el futuro, estamos aún inmersos en el pasado, en negarse a olvidar las rencillas y los agravios, en ver quién a perdido y ganado cuando, repito, todos hemos perdido. Si queremos un futuro, saquemos al pasado de hoy y dejemos que el mañana se traslade al ahora.
Y el primer acto va a ser despertar para descubrir que las necesidades de todos, no la de los políticos, están fuera de las soluciones que nos ofrecen, su bálsamo de Fierabrás es un embuste como lo es el de Don Quijote. La solución no está en salir de un estado que todo lo controla para meterse de lleno en otro estado que todo lo quiere controlar, porque en ambos casos, el bienestar será del estado, no de los ciudadanos que los forman.
Para votar hay que tener mayoría de edad, y para botar hay que dejar de estar inmersos en la minoría de edad perpetua en la que ellos nos quieren mantener. Necesitamos desparender sus lecciones de que los necesitamos y que sin ellos, sin él, sin Estado, no podemos alcanzar nuestros fines. Todo lo contrario, solo sin su constante presencia y coacción, lograremos realizar nuestras metas. Debemos hoy, decirles que no queremos más de lo mismo, que no deseamos más estado, porque nos hemos percatado de que más sociedad, no es más estado, sino todo lo contrario.
Somos nosotros los que debemos recordarles cuáles son sus funciones y no que ellos nos digan cuáles son nuestras tareas. Así, desde el ciudadano libre y responsable, podremos salir del triste escenario en que el Estado nos ha metido. Hoy ya hemos perdido, pero aún nos queda el mañana, y ese mañana no es del Gobierno todopoderoso, sino de cada uno de nosotros en libertad y sin coaccón, eligiendo lo mejor para cada uno de nosotros.
"Una defensa del Estado sostiene que el hombre es un "animal social", que debe vivir en sociedad, y que individualistas y libertarios creen en la existencia de "individuos atomizados" sin influenciar y sin guardar relación con sus semejantes. Pero no, los libertarios nunca han celebrado individuos aislados como los átomos, por el contrario, todos los libertarios han reconocido la necesidad y de las enormes ventajas de la vida en sociedad, y de participar en la división social del trabajo. La gran non sequitur cometido por los defensores del Estado, incluidos los filósofos aristotélicos y tomistas clásicos, es saltar de la necesidad de la sociedad a la necesidad del Estado." Murray Rothbard.