12 de marzo de 2007

Haciendo el estúpido

Una muestra más de la gran estupidez que supone la intervención del estado en una economía abierta la hemos vivido los españoles hace unas semanas, les pongo en antecedentes.
El sector de las telecomunicaciones en España está dominado principalmente por tres grandes grupos: Telefónica, Vodafone y France Telecom debido a la adquisicón de Amena y la creación de Orange; recientemente se ha unido Yoigo. Por si no ha quedado claro me estoy evidentemente refiriendo al sector de la telefonía móvil.
El sector de dicho mercado tenía establecido como política de precios el establecimiento del cobro de llamada y facturación por minuto, es decir, si nosotros sólo usábamos 45 segundos, la compañía nos cobraba el minuto entero. Esta situación de clara injusticia debido a una posición dominante de las compañías frente al consumidor al aliarse entre ellas y pactar un precio, rompe los esquemas de un mercado libre.
Ante esa situación, el gobierno en su afán salvador del consumidor y luchador infatigable ante las injusticias de las malignas corporaciones, obligó a las compañías a cambiar su política de precios. Éstas evidentemente se adoptaron al nuevo marco legal impuesto. Pero lo que el adalid de los perjudicados no sabía era que su acción iba traer con ello una consecuencia no deseada por entrometerse en un lugar donde no le corresponde.
En vez de dejar al mercado solucionar el problema por sus propios mecanismos de auto-regulación (aparición de nuevos competidores que quieran romper el status quo; las quejas continuadas de los consumidores en perjuicio de la imagen de las compañías, el descenso del consumo debido a los precios y la consiguiente merma de beneficios, etc.), el estado motivó que las compañías se sintieses atacadas y sin la necesidad de ver el por qué debían cambiar de estrategia de precios. Ante eso, en vez de verse perjudicadas buscaron una forma de mantener sus ingresos a pesar de la imposición legal, porque para ellas, el consumidor aceptaba ese precio, se encontraban en equilibrio.
La solución fue subir el precio de las tarifas. Las consecuencias: protestas de los consumidores. Pero lo gracioso no termina aquí, sino que comienza. ¿A quiénes creen que culpan los consumidores de la subida de precios? ¿A los políticos? ¿A las empresas? Pues les digo que sorprendentemente a las empresas. Y es que así de adormilados por el estado del sopor que supone el Wellfare State se encuentran los ciudadanos.
En vez de comprobar y comprender el mecanismo iniciado por el Gobierno, ven en el poder político su aliado contra un enemigo común, sin darse cuenta de que están durmiendo con el asesino. Evidentemente esto favorece al Estado que ve legitimado caca vez más sus ansias de poder e intervencionismo y perjudica a todos, porque ataca en la línea de flotación lo que se supone el principal beneficio de un mercado libre, el establecimiento del precio a través de la oferta y la demanda. Cuanta economía nos queda por aprender.

2 comentarios:

Pato dijo...

Estimado, primero dejame felicitarte por tu viaje a EEUU, buenas fotos, harto carrete (carrete: farra, juerga, salir de copas, etc.), lindas niñas y muchas cosas más vi en tus fotos que hablan por si solas.
Respecto al post, se ve que el error es grande pero cosas separadas son a mi criterio el Estado interventor como ocpión política, a la mala aplicación, la estupidez, o el mal manejo de las herramientas estatales.


La liberación tan liberada me parece carcelosa.

Saludos

Anónimo dijo...

Lo primero es saludarte!! Que hace tiemop que no hablamos. Espero que todo vaya bien.

Estoy de acuerdo contigo en todo menos en lo que ya sabes que no estoy de acuerdo. Así no voy a cometarte mi punto de vista al respeto de las compañías de móviles. Pero te voy a poner otro ejemplo, que me gustaría que comentaras con más detenimiento.

La región de Limia gran productora nacional de patatas, llegó a estar a punto de la bancarrota total: tanto su economía como su futuro esttaban colgando de un hilo. Los diferentes vendedores habían bajado tanto los precios, gracias a la competencia (regulación de mercado, según tú en el artículo), hasta llegar a un punto en el que el kilo de patata "estaba por los suelos". La solución, por lo menos en este caso fue la de llegar a un consenso entre el gremio, poner un mínimo, por encima del cual siempre existiría negocio para todos, y cada uno aplicaba el precio en función a sus perspectivas.

Que quiero decir con esto, que aunque estemos hablando de cosas muy muy diferentes, diferentes actores económicos han resuelto problemas, a priori diferentes, de la misma manera. Por que digo diferntes, por que en un principio estamos hablando de subsistir (en el caso de la patata) y por otroo lado de crecer más (en el caso de la telefonía). Pero finalmente los agentes económicos han jugado sus cartas de la misma manera, se ha sacado el as para matar el tres, aparece el gremio para solucionar los problemas que surgen en el sector.

Atendiendo a los diferentes momentos historicos del mercado y de la liberación empresarial mundial, siemrpe encontramos un mismo actor que nunca puede evaluar en primera instancia las fluctuaciones económicas, el consumidor. Su economia diaria no son los miles de millones que mueve vodafone o orage, su economía no puede ser la de la no elección. Pero ante el imparable tren del progreso, hay precios que se pagan o se pagan, hay costos elevados que los imaginamos bajos para saltar y hay avances por los que luchar y no se está luchando.



Un saludo muy grande Alberto, espero que todo vaya bien. Pásate por mi blog http://ocioloxia.wordpress.com