La Constitución dice en su artículo 24 del Título Iº párrafo segundo: "2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia al letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.". Pues oigan, la SGAE se pasa por el forro de los mismísimos el mencionado texto y la Constitución entera si hace falta con tal de cobrar el canon.
La aprobación del cobro del canon en todo soporte digital supone una flagrante ofensa contra la inocencia de toda aquella persona que compre por ejemplo un CD o un DVD virgen, pues al cobrar el mencionado "impuesto revolucionario" se la está acusando de realizar una actividad ilegal, la cometa o no. Toma presunción de inocencia. Así, si usted se compra un DVD para archivar las fotos del viaje a Talnabo de la SGAE, usted pagará ese canon por derechos de autor, pero claro, como usted es el autor de dichas fotos, supongo que la SGAE se pondrá de inmediato en contacto con usted para así retribuirle el cobro que ha efectuado en su nombre con el cobro de dicho pago. ¿No?
Fuera bromas, la consecuencia más grave es que la SGAE se ha convertido en juez y jurado y nos ha declarado a todos culpables, eso si, recuerdan lo que dice la constitución al respecto, pues agua de borrajas. Todos culpables, como en los mejores regímenes ditactoriales, todos culpables y sin poder demostrar nuestra inocencia. El argumento me suena a un relato titulado The Minority Report escrito por Philip K. Dick y llevado al cine por Steven Spielberg, donde se nos cuenta que la policia es capaz de predecir los crimines antes de que se cometan, así detienen a los supuestos delincuentes antes de que lleven a cabo sus fechorias. El dilema moral está servido, pues hasta que punto una persona es culpable de un delito que no ha cometido, ya que hasta que cometa tal acto, es plenamente inocente. No se nos puede acusar de ser futuribles asesinos en serie o pederastas. Sin embargo, la SGAE nos acusa y juzga, incluso imparte la pena, de ser delincuentes sin haber cometido ningún delito.
Todo ello, con el pleno consentimiento del partido del Gobierno, PSOE, que se erige en complice de toda esta trama más propia de una novela de ciencia ficcion que de una democracia donde se defiende la inocencia de todos mientras no se pueda demostrar lo contrario. Claro que no es la primera vez que un Gobierno aprueba leyes que permiten la acusación sin pruebas, recordemos a los Nazis y las SS y la Gestapo, el gobierno comunista de la URSS y la NKVD (Narodnyi Komissariat Vnutrennikh Del, en ruso ) o Comisariado Popular, o la temida Stasi de la República Democrática de Alemania donde millones de personas fueron acusadas y juzgadas sin pruebas y juicios dignos.
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