Al principio no podía creer lo que estaba leyendo, pero después de varias lecturas y pellizcos en el brazo, para asegurar que no estaba en los brazos de Morfeo, no tuve ninguna duda, cualquiera puede llegar a ministro en este país.
Desfachatez, en grado doble y por tanto con ensañamiento y alevosía, la que perpetua en negro sobre blanco digital el autor de tremenda evacuación intelectual. Primero por verter en un texto ideas del cual el escritor del mismo reniega fervientemente en su fuero más interno. Segundo, porque asumiendo que acepta como relevantes las exposiciones de Marx, el Sr. Sevilla formó y forma parte de la clase dominante que permite que el individuo no sea feliz. Antes como mano ejecutora de la estructura que perpetua la supra-estructura, y ahora como parte de la élite empresarial burguesa. Mi abuela le acusaría de sinvergüenza y caradura.
Sobre la catadura moral no voy a verter nada más, pues bastante ha mostrado el señor Sevilla solo. Sin embargo, no puedo permanecer callado ante la supuesta validez intelectual que se pretende aquí "revisitar". El marxismo (por ende Marx), falla porque su dialéctica materialista es historicista. La conocida (y desconocida para el autor) crítica de Karl Popper al historicismo es que inviable desde el punto de vista epistemológico y además, inmoral.
Invaible a nivel del episteme porque (cito su prólogo en "La miseria del historicismo":
a) El curso de la historia humana está fuertemente influido por el crecimiento de los conocimientos humanos...
b) No podemos predecir, por métodos racionales o científicos el crecimiento futuro de nuestros conocimientos científicos...
c) No podemos por tanto predecir el curso futuro de la historia humana.
d) Esto significa que hemos de rechazar la posibilidad de una historia teórica; es decir, de una ciencia histórica y social de la misma naturaleza que la física teórica. No puede haber una teórica científica del desarrollo histórico que sirva de base a la predicción histórica.
e) La meta fundamental de los métodos históricistas está, por tanto, mal concebida; y el historicismo cae por su base."
En una maravillosa conclusión en un artículo publicado por el profesor Joaquín García-Huidobro Correa titulado "El liberalismo de Karl Popper", escribe: "Quienes recurren al historicismo dan muestras de no ser capaces de aceptar que el futuro es responsabilidad nuestra." Ahora entendemos que la crisis que se negaba a aceptar el presidente Zapatero, no fuera después de su confirmación, culpa nuestra.
La invalidez moral del historicismo nos lleva, otra vez en palabras del profesor García-Huidobro, a " sacrificar a los hombres de las generaciones presentes en aras de un futuro ideal. Su apelación al triunfo histórico no es más que una justificación de la ley de la fuerza."
Además, el Sr. Sevilla como economista o bien juega con nosotros al ocultarnos información valiosa, o bien desconoce por completo las críticas vertidas por la Escuela de Economía Austriaca a Marx. Yo opto más por lo segundo.
Böhm-Bawerk cuyas principales aportaciones fueron al interés y al capital y fue respecto de estas en las que desarrollo su más efectiva crítica al socialismo. El principal argumento es que la crítica que realizaba el socialismo es una crítica a la misma condición humana, ya que el problema central de la escasez con el que el socialismo tendría que enfrentarse, era igual que al que tenía que enfrentarse el capitalismo.
Y por supuesto, la crítica realizada por Mises y la imposibilidad del cálculo económico en el marxismo. Tema que además desarrolla de forma magnífica el profesor Huerta del Soto en su indispensable obra "Socialismo, cálculo económico y función empresarial."
Si de verdad tenemos que volver a Marx para entender la realidad y los problemas que nos rodean en la actualidad, jamás podré estar agradecido a Dios por la salida del Sr. Sevilla del Gobierno. Lamentablemente si fuese accionista de PricewaterhouseCoopers, estaría muy preocupado y asustado.
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