Acabo de leer dos textos completamente distintos, pero ambos igual de sugerentes. El primero es de Vicenç Navarro, profesor de la Universitat Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University, bajo el título “Crecimiento económico, desigualdades sociales y calidad de vida”, una presentación realizada en el Primer Encuentro sobre Economía Política en León. El segundo es de Xavier Sala i Martin (me encanta su página), profesor también de la Pompeu Fabra además de profesor en la Columbia University; su artículo se titula “The World distribution of income: falling poverty and… convergence period.” Comenzaré hablando del primero.
Vicenç Navarro abre su texto nombrando un apartado con la cual confieso que estoy plenamente de acuerdo: “1. El objetivo del conocimiento económico. La economía no es un fin: es un medio para conseguir bienestar social.” Pero también informo que es el único punto que comparto con el autor, pero mis discrepancias irán más adelante, centrémonos ahora en que nos cuenta.
Nos recuerda Vicenç Navarro que lo importante no es tanto la pobreza, que si es un problema, pero el meollo se encuentra en la desigualdad. Critica que para las estadísticas sobre pobreza mundial se usan básicamente medidas de consumo (por ejemplo las empleadas por el Banco Mundial de un dólar o dos dólares por día). Considera mucho más oportuno usar lo que se ha venido en llamar “la distancia social”. Para ejemplificar lo qué tal expresión significa usa el siguiente ejemplo: Un negro de Baltimore tiene una esperanza de vida de 45 años, mientras que una persona de Ghana llega a una esperanza de vida de 58 años; y se pregunta cómo puede ser eso posible. Pues la solución es la desigualdad o distancia social, cito textualmente: “Para responder a esta pregunta tenemos que introducir el concepto de distancia social relacionada con el concepto de desigualdades sociales. Es más difícil ser pobre en EEUU que ser miembro de la clase media en Ghana. La distancia social entre un joven negro trabajador no cualificado en paro, viviendo en las partes deterioradas de East Baltimore, y la mediana de estándar de vida de EEUU es mucho mayor que la distancia entre el profesional de clase media de Ghana y la media de aquel país.”
De lo que nos habla es que si nos imaginamos una curva de distribución normal, la de EEUU se parece muy poco a una normal, por lo tanto las desviaciones entre un porcentaje y otro son muy grandes, mientras que en el segundo caso, Ghana, éste país tiene una distribución mucho más normal, por tanto las desviaciones son menores.
Nos dice también que en aquellas sociedades donde la distancia social es menor, por lo general son sociedades de tipo “solidaria, cohesionada y con escasas desigualdades, en la que la mayoría de la ciudadanía se siente parte de la misma sociedad y de un mismo proyecto.” Mientras que las sociedades con mayor distancia son sociedades totalmente distintas, incluso donde es necesario “un orden jerárquico que requiere unos mecanismos e instituciones que segregan a la población en distintas categorías dentro de un orden en el que las categorías superior e inferior siguen una lógica discriminatoria y excluyente, basada frecuentemente en mecanismos de explotación, es decir, en situaciones en las que el superior vive mejor a costa de que el inferior viva peor. Este orden social, se legitima en el capitalismo democrático mediante la justificación de que tal orden está basado en el mérito de las personas…”.
Para justificar su tesis expone datos empíricos como los incrementos en la esperanza de vida en Inglaterra y Gales entre 1901 y 1991, donde señala que el aumento más importante se da en los años de la Segunda Guerra Mundial (1940-1951). Menciona un cuadro donde a partir de una encuesta del Internatioanal Social Survey Program (ISSP) para 1999 nos dice que los diferenciales de renta en los países ricos son demasiado grandes, como por ejemplo el 82% en Alemania, el 885 en Francia, el 86% en Austria o el 66% en los EE.UU. (Ver anexos para datos). Defiende la tesis de que estas diferencias no están basadas en el mérito, sino en jerarquías de dominio e incluso explotación.
Y por último, comenta el caso más llamativo para él, fragmento que cito textualmente: “el caso más llamativo y espectacular del impacto del sistema económico en un país y su impacto en la calidad de vida fue el cambio que ocurrió en la Unión Soviética en que se impulsó un capitalismo sin medidas protectoras que causó la muerte de aproximadamente de medio millón de personas en sólo dos años. Es más, la esperanza de vida en aquel país pasó de ser de 70 años en el año 1985 a 66 en el año 2003.”
En la siguiente entrada del blog hablaré sobre el otro texto, el cual aprovecharé de paso para criticar los argumentos de Vicenç Navarro, totalmente descabellados y sacados de contexto.
El texto citado:
Crecimiento económico, desigualdades sociales y calidad de vida
Merci Pato por el truco, te debo una.
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