14 de julio de 2005

Dos amenazas sobre la libertad

"Existen tres argumentos principales que justifican la democracia. El primero afirma que siempre que se estime conveniente la primacía de una opinión entre varias en conflicto –concurriendo la circunstancia de que habría de imponerse, en caso necesario, por la fuerza – resulta menos dañoso que apelar a la violencia el determinar cuál de aquellas opiniones goza del apoyo más fuerte utilizando al efecto el procedimiento de contar los que están en pro y los que están en contra [...] El segundo argumento –históricamente el más importante y todavía de la mayor trascendencia, aun cuando no nos hallamos completamente seguros de que sea siempre valido – afirma que la democracia es una importante salvaguardia de la libertad individual. [...]" (HAYEK, F. A. 1998, 147)

Las democracias actualmente tienen que hacer frente a dos amenazas: el terrorismo y los ataques a la libertad individual. La realidad nos hace percibir de manera más clara el peligro del terrorismo, ejemplos abundan por doquier: Irak, New York, Bali, Madrid, Londres más recientemente. Estos actos inhumanos y despiadados buscan desestabilizar la sociedad occidental mediante sus dos armas más crueles: los muertos y el miedo. Como consecuencia de la existencia de victimas se generan en la sociedad sentimientos de sufrimiento, dolor, impotencia y venganza. De modo más sutil, el miedo y junto a él la inseguridad, pueden hacer tomar decisiones equivocadas a las sociedades que los padecen.

La otra gran amenaza y mucho menos visible son los ataques contra la libertad individual, normalmente bajo la forma de recortes y restricciones. Estas medidas se toman como consecuencia del miedo y la inseguridad que se forman después de un ataque terrorista. La sociedad se ve golpeada de forma tan brutal que esos sentimientos negativos que son el miedo y la inseguridad nos hacen creer que la pérdida de libertades es un mal menor si con ello conseguimos acabar con el peligro terrorista. Sin embargo, no por mucho que vigilen nuestros correos, controlen nuestras llamadas telefónicas, nos graben en todo momento, nos registren, nos obliguen a pasar por mil y un rituales de falsa seguridad en un aeropuerto el terrorismo será derrotado o lo que es peor, impediremos que se produzcan más atentados.

Estas medidas lo único que hacen es crear una falsa esperanza de seguridad, una falsa sensación de protección y lo que si logran y de manera muy eficaz es invadir nuestra intimidad, nuestro derecho a la privacidad, en definitiva: un recorte de nuestra libertad. Por lo general, el sistema judicial de una democracia supone que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario; con estas medidas todos somos sospechosos de cometer un posible crimen terrorista, por eso se atenta contra nuestra privacidad, tenemos que demostrar a nuestros gobernantes y a las fuerzas de seguridad, que supuestamente deben defendernos, que somos inocentes.

¿Qué nos está pasando cuando permitimos que recorten nuestras libertades? ¿Dónde vamos cuando en Irak mueren 31 niños por un atentado terrorista (en la memoria también los niños muertos en Beslán) y no se tomen medidas de ningún tipo? Los asesinos están ganando muchas batallas, no dejemos que ganen la guerra y consigan el triunfo que tan diabólicamente están persiguiendo, no permitamos que nos quiten lo que tanto hemos tardado en conseguir: la libertad.

No quiero dejar esta reflexión sin pasar por alto dos citas para que reflexionen ustedes:

"Fuimos los primeros en afirmar que conforme la civilización asume formas más complejas, más tiene que restringirse la libertad del individuo." Benito Mussolini

"Habría amado la libertad, creo yo, en cualquier época, pero en los tiempos en que vivimos me siento inclinado a adorarla" Alexis de Tocqueville

Bibliografía
Friedrich A. Hayek (1998): Los fundamentos de la libertad. Unión Editorial. Madrid

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